La Unión Europea ha perdido la flamante triple A que otorga Standard and Poors. La agencia de calificación rebajó su calificación a ‘AA +’ debido «al declive de la credibilidad global en materia de crédito» de los 28 países que la integran. La agencia estadounidense ha señalado también la falta de cohesión presupuestaria en ese mecanismo de integración económica, como otra causa de esa medida. Durante años la UE ha vivido bajo presión, con el temor que le bajasen la calificación concedida por S&P. De hecho en enero de 2012, la UE ya había sido advertida por la agencia estadounidense de que la nota podría bajar si la situación continuaba en la misma línea.
En estos años de crisis diferentes países de la UE ha sufrido un descenso en sus calificaciones. Los únicos países que han mantenido la triple A en la eurozona han sido Alemania, Luxemburgo y Finlandia. Entre los países que más han reducido su nota en los últimos tiempos, destacan España, Italia, Malta, Eslovenia y Chipre. Francia y Holanda también la han perdido.
Standard and Poors ha subrayado “las tensiones actuales en consolidar el presupuesto comunitario, la deuda altísima de diversos países y la demanda de muchos miembros de bajar la contribución que deben aportar a la UE”. “Standard & Poors nos informó a principios de la semana de su decisión y de sus argumentos, pero los rechazamos porque son incomprensibles” y » además el juicio, de S&P no tiene efecto en los mercados”. Así lo explicaba el portavoz de la Comisión Europea, Olivier Bailly, que además señalaba: «Tal vez no les gustemos demasiado, sobre todo, después que ha visto la luz el Reglamento sobre las agencias de calificación crediticia que hemos elaborado recientemente” Lo cierto es que no hay que subestimar demasiado esta rebaja en la calificación de S&P, los gobiernos de la UE tendrían que entender que aún quedan muchas reformas por hacer en la UE y que el resto del mundo y los mercados siguen observando la capacidad y voluntad de todos sus miembros de sostener y apoyar la Zona Euro y el Mercado Único, avanzando en su unidad.
Restablecer la confianza de los inversores en el euro es uno de los caminos más cortos para impulsar un nuevo crecimiento y aumentar la estabilidad económica en toda Europa.