Hace tiempo que no se habla de la Primavera Árabe. Me refiero a esos «alzamientos populares» en los países árabes entre 2010 y 2013, con los que los medios de comunicación saturaron periódicos, telediarios e informativos radiofónicos y, por supuesto, internet y redes sociales. Todas estas manifestaciones para los analistas tenían  una característica: un reclamo democrático además de una demanda de mejora de las condiciones de vida, con cambios políticos, económicos y sociales.

Sinceramente en muchos casos probé cierto escepticismo. Trataba de entender quien en realidad estaba detrás de todas esas manifestaciones  y sobre todo que objetivos habrían perseguido realmente.

Hoy me han hablado de un estudio realizado por la Fundación Thomson Reuters que analizaba  la situación de los 22 países miembros de la Liga Árabe. Algunos detalles del mismo empujan a la reflexión. Después de la caída de Mubarak, de todos los países árabes, Egipto se ha convertido en el peor país para las mujeres, detrás de Arabia Saudí e Irak. Precisamente Irak después de una década sin Saddam Hussein, sigue sin dar ejemplo de estabilidad, estado de derecho, democracia y progreso económico y social; al contrario parece profundizar cada día más en un cenagal de atrasos.  Túnez tampoco levanta cabeza, con Ben Ali muchos consideraban al país un ejemplo de Islam moderno y laico, sin embargo hoy vemos muchos signos de «integrismo».

A menudo comenté en la redacción o con otros colegas en el mundo, que las revueltas de la Primavera Árabe, parecían más bien “golpes” enmascarados, que países occidentales con cierta desfachatez sostenían y alentaban.  Hoy el  panorama no es muy gratificante, Túnez y Egipto reflejan atraso  e inestabilidad,  Libia, de la que ya no se habla, se desbarata con sus guerras tribales, Siria  agoniza con esa guerra civil sangrienta que probablemente durará años, Irak sufre atentados a diario dejando en sus calles decenas de muertos  y Afganistán, no es precisamente un país que hoy esté en condiciones idílicas.

A este punto podemos preguntarnos quien mueve los hilos del mundo, quien decide las revueltas y con qué criterios se eligen los escenarios. ¿Por qué nadie entona un mea culpa?  ¿Tienen algo que decir las grandes potencias empezando por EE.UU? ¿Aprenderemos algo de estos últimos doce años de clamorosos errores estratégicos que además han dejado y siguen dejando tantos muertos por el camino?

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com