“Quede claro que no es una novela”. Así escribo en la introducción de mi nuevo libro, que el editor ha titulado PERSONAL. Es mi cuarta fatiga literaria. Estas memorias suponen un alto en el camino en mi trayectoria para rescatar de mis diarios y de mis recuerdos, los primeros 34 años de mi existencia.
El libro narra un recorrido interior a través de vivencias, emociones y encuentros en los que el alma del hombre se va confrontando con la naturaleza, el arte, la cultura y con los transeúntes circunstanciales que crucé en ese periodo de mi vida, mientras viajaba por razones de trabajo por muchos rincones del planeta.
No se trata, por tanto, de una novela, ni quiere ser un relato de mis experiencias académicas, artísticas y laborales, que, por otra parte, no puedo obviar en ese paseo por mi vida y por mi alma en las que palabra, pintura, danza, música, canto… son presencias constantes.
En ese echar la vista atrás, muestro una adolescencia y una juventud inquieta y siempre en la búsqueda y captura de la coherencia y del sentido de la vida.
La mayor parte de estas páginas las escribí entre 1984 y 1987. Hace algunos meses, retomé aquellos folios, los revisé, corregí algunas expresiones, pero sin querer alterar el estilo ni la forma de la narración, porque fue precisamente en aquellos años cuando comencé a desarrollar mi vocación periodística de ver, oír y contar.
De los cuatro libros que he publicado es el más anómalo, técnicamente ha sido el más difícil de escribir, porque la voz narradora que copia de unos diarios y a la vez de la memoria es muy extraña, como una superposición de muchas voces, es como escuchar música con dos instrumentos distintos, pero de una manera simultánea.
Mi generación es, como cuento en la introducción, una generación privilegiada, porque transcurrió en un periplo histórico de cambios portentosos. Concretamente, el periodo que refleja este libro ha sido intenso, convulso y disruptivo en lo político, lo económico, lo social y en lo tecnológico.
Me gustaría pensar que la conclusión del libro es que la vida es como un baile, a veces eres tú el que llevas y a veces es mejor dejarse llevar, y que en la vida vale la pena jugársela como capitanes intrépidos, abriendo caminos y dando constantemente de nosotros mismos generosidad. Todo lo que damos de nosotros mismos nadie nos lo podrá quitar jamás.
El orden de los acontecimientos refleja el orden en el que se iban despertando en mi memoria. Entre capítulo y capítulo inserto otros trozos de mi diario con nombres propios sin necesidad de situarlos en un tiempo o en un espacio concreto. Este nuevo libro habla de mi vida. Por eso se ha titulado PERSONAL y lo dedico a mi hija Gloria, ella da sentido a estas páginas.
Manuel Bellido
Director del Grupo Informaria