El “travoltismo” de Saturday Night Fever decretó la apoteosis triunfal del la disco-music en el mundo. No se trataba solo de un hecho estilístico sino de un fenómeno de masas a nivel mundial. Cambiaron las costumbres, la moda, la diversión…. Quizás era un fenómeno vacío de sustancia y exageradamente narcisista pero hizo mover el esqueleto a millones de personas disfrutando de una música agradable, romántica y con ritmo, que se convertiría en la banda sonora de los fines de semanas de muchos jovenes. Se instauró la fiebre del baile. Se bailaba superando barreras culturales, de raza, edad… y se producía una nueva energía que en el tiempo de ocio era casi una pseudosolución a los problemas del trabajo y de la existencia.
Entre los protagonistas incuestionables de esta nueva escena musical destacan los Bee Gees, un trío formado por los hermanos Barry, Robin y Maurice Gibb que habían nacido en la isla de Man, entre Inglaterra e Irlanda y, en 1958, emigraron con sus padres a Inglaterra. Fue sin duda el grupo más famoso de los años 70 y 80, con más de 200 millones de discos vendidos
Yo también me recreé mucho con su música y disfruté bailando sus canciones. ¡Cuántas emociones vuelven sobre mi piel escuchando las notas de Too Much Heaven!
Robin Gibb, de 62 años, ha fallecido este domingo tras una larga etapa de continuas complicaciones de salud. Descanse en paz y siga componiendo en paz. Puede ser que las noches estrelladas de los próximos veranos, una lluvia fina de notas nos empape la piel y enternezca el corazón. Serán ellos que nos invitan a bailar siempre como en nuestros años jóvenes.