Queremos pensar al futuro. Queremos preparar el post-Covid19 y para construir este cambio tendremos que, en primer lugar, preguntarnos entre otras cosas, cuál es nuestra idea de libertad. La libertad es un bien común. Es algo que nos concierne a todos, porque o es de todos o no tiene sentido. La Libertad siempre ha sido el motor más potente de la historia, el que empuja a luchar contra la injusticia, la violencia y las dictaduras.
El motor que nos animó en España a establecer la democracia y a darnos una Constitución y a reconciliarnos todos los españoles. ¿Esa libertad puede correr peligro ahora? ¿Podría corromperse esa idea de libertad? Puedo afirmar que algo se ha degradado en la última década a nivel general, ha pasado como concepto de ser un bien común a un bien relativo. Se ha podido, en algunos casos, hacer un mal uso de la libertad no pensando que mi libertad termina donde empieza la del otro. Eso significa que la libertad de todos implica la de los demás.
La libertad es de todos o no es libertad. No seremos libres mientras un hombre en la Tierra siga siendo explotado, humillado, oprimido. No seremos libres mientras haya censura, mientras se intente acallar la libertad de expresión, mientras se manipule, mientras haya medios de comunicación al servicio del poder de turno.
La libertad implica un compromiso para liberar a aquellos que aún no son libres. ¿Que libertad queremos en España? Vigilemos, no sea que la anestesia de la propaganda política nos haga perder el sentido de la libertad. Ya se sabe, como decía Voltaire, que es difícil liberar a los necios de las cadenas que veneran.