En los últimos tiempos he sentido vergüenza escuchando a Cayo Lara. Frases como las que cito a continuación dejan perplejo a cualquiera: “El pueblo quiere decidir si quiere seguir manteniendo una monarquía o una democracia profunda” “la opinión de la mayoría de la Cámara, el PP y el PSOE y «algún que otro partido» que representan el 90 % de la misma, quieren «robarle la voz al pueblo”

Según sus palabras, este señor está convencido de que en  Bélgica, Luxemburgo, Dinamarca, Suecia, Noruega, Reino Unido… no hay democracia. Cuando escucho estas declaraciones tan disparatadas, me avergüenzo, porque este  político, cada vez que habla confunde conceptos básicos y  presenta lagunas intelectuales de primer orden. Genera a menudo pensamientos en forma de eslóganes que parecen estar fuera de la geografía y la historia. Fuera de la realidad. Y lo malo es que en ese ejercicio de confusión logra todavía engatusar a algunos.

Otra de sus perlas, que citaba antes, es que los partidos en el Congreso de los diputados quieren «robarle la voz al pueblo”. Puede ser que sea el único que no se haya enterado que según la Constitución de 1978  el pueblo español está representado por el Congreso de los Diputados y por el Senado. Los diputados son elegidos por el pueblo para que los represente frente al gobierno. Es decir que un diputado es un individuo que es designado a través  de las elecciones  donde votan los ciudadanos para convertirlo en representante en una cámara legislativa. Con sus declaraciones parece subrayar que el mismo no representa a los ciudadanos que votaron a su formación en las pasadas elecciones. Un señor que cobra  4.500 euros netos al mes, del dinero de todos los españoles, podría hacer un esfuerzo por prepararse un poco más y adquirir algo más de conocimiento. Sabemos que Cayo Lara no tiene formación académica posterior a la escolar. Su trayectoria profesional empezó como agricultor, al menos su padre lo era,  y fue unos de los impulsores en 1977 del sindicato COAG. En  política comienza formando parte del Partido Comunista de España y más tarde fue durante 12 años alcalde de Argamasilla del Alba. Esa fue la plataforma que le catapultó a la política autonómica y más tarde a la estatal ya en el año 2000. El que no se haya formado antes, no es excusa para que no lo haga ahora. Por mucho que siga proclamando la salvación de España en sus mítines, la mayoría de los españoles seguiremos  convencidos que poco o nada se puede esperar de gente que ha vivido y sigue viviendo al margen de la realidad.   

por @mbellido

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