El futuro de Egipto en mano de los egipcios

Hace más de dos años, cuando Hosni Mubarak fue destituido, concretamente en febrero de 2011, Egipto vivió un momento delicadísimo, hoy parece estar en la misma o en peor situación: el ejercito en las calles, un general (Abdel Fattah al Sissi) controla el poder, una parte de la población, (los Hermanos Musulmanes) gritan su ira y prometen venganza. La sombra de la guerra civil se cierne sobre el país. La violencia  se extiende  como una mancha de aceite y se ensaña con las minorías cristiana. La quema de iglesias está a la orden del día. Un hecho extremadamente preocupante. Hasta las cifra de muertos y heridos recuerdan la situación creada hace más de dos años.  La comunidad internacional, asiste indecisa e impotente a este espectáculo dramático. La ONU ha condenado esta violencia y ayer el Consejo de Seguridad celebraba consultas a puerta cerrada para tratar la situación. ¿Qué podrán hacer? Ciertamente nadie parece fiarse de los Hermanos Musulmanes. Desde que llegaron al gobierno no supieron hacer nada para salvar la maltrecha economía del país y en contra de la moderación que habían prometido, no hicieron otra cosa que arrimar las sardinas  a su fuego, promoviendo cambios en la estructura constitucional de Egipto, que favorecían solo al propio movimiento y a sus intereses. La sociedad egipcia está muy dividida y hoy por hoy más enfrentada que nunca.  Se mire como se mire la situación, lo que no se puede tolerar de ninguna de las maneras es que se pueda disparar de manera indiscriminada, como han hecho los militares estos días en las plazas, para conseguir el desalojo y disolver las manifestaciones. Una guerra civil, sería una desgracia monstruosa. Siria es un ejemplo. El milagro está en manos de los propios egipcios. Solo un gran esfuerzo en la promoción de un proceso de reconciliación genuino e incluyente puede salvar al país. El futuro de Egipto en mano de los egipcios.