“La industria debe aprovechar la cuarta revolución, la digital, para mejorar el modelo productivo andaluz”

Manuel Bellido: Las nuevas tecnologías están cambiando nuestra manera de trabajar y producir. ¿Qué retos y desafíos nos esperan en Andalucía?

Manuel Ortigosa Brun: Internet, y las tecnologías digitales en general, están cambiando la forma de trabajar y producir, pero también la de buscar trabajo, la de aprender o la de acceder a los servicios públicos y privados más diversos. La competitividad de la economía y el bienestar social de regiones y países dependen cada vez más del número de personas y organizaciones que usan estas tecnologías y del buen uso que hacen de ellas. En la Administración Pública andaluza trabajamos para generar estas oportunidades. Estamos proporcionando a la población andaluza los recursos necesarios para mejorar sus competencias digitales y mantenemos siempre vivo el objetivo de ofrecer servicios públicos en línea cada vez más eficientes y avanzados. También estamos favoreciendo que las empresas tengan acceso a la tecnología más moderna para producir bienes y servicios y apoyamos el talento tecnológico y las ideas más innovadoras.  Y de forma global, contribuimos a impulsar las mejores redes e infraestructuras de telecomunicación en todo el territorio para que las oportunidades en las ciudades y en las zonas más rurales de Andalucía sean las mismas.

Manuel Bellido: Estamos ante la cuarta revolución industrial. ¿Cómo ve en este sentido a nuestro tejido industrial? ¿Está preparado?

Manuel Ortigosa Brun: Este nuevo concepto de industria se encuentra asociado a la transformación digital e interconexión de todos los procesos de la cadena de valor. Dicha transformación viene marcada por la introducción masiva de los sistemas “ciber-físicos”, es decir, los objetos industriales conectados con sensores y actuadores, la interconexión entre industrias y los interfaces abiertos para los servicios. En resumen, la adopción del paradigma del Internet de las Cosas aplicado al entorno industrial. Andalucía no ha sido ajena a esta situación. En las dos últimas décadas, la digitalización ha transformado los servicios públicos, la banca y el comercio y, desde hace unos años, este mismo enfoque se está aplicando al sector de la manufactura. Ahora es el momento de que todos los sectores productivos de la Comunidad conozcan lo que la transformación digital les puede permitir para obtener productos con mayor valor añadido, en lograr procesos productivos más eficientes y a la hora de afrontar nuevos modelos de negocio. Andalucía tiene una importante capacidad de producir y mejorar su principal sector, los servicios, a través de la digitalización de los procesos. Sin embargo, donde más puede apreciarse el evidente valor añadido de la digitalización es en la industria. Para ello, y siempre hablando desde la perspectiva de las TIC, debemos contribuir a que se incremente el número de empresas innovadoras. En este sentido, es muy importante fomentar la inversión para que exista disponibilidad de redes y servicios de banda ancha ultrarrápida y favorecer la prestación de servicios en movilidad, además de apoyar el talento digital y la actividad emprendedora. Pero no sólo hay que avanzar en las infraestructuras y en los nuevos desarrollos, también debemos trabajar en una formación flexible y adaptada a las necesidades de un tejido empresarial necesitado de perfiles profesionales cualificados, cuando no novedosos. La Comisión Europea ha transmitido el mensaje inequívoco de que la reindustrialización de la economía es indispensable para crear puestos de trabajo. En términos parecidos, nuestro consejero de Empleo, Empresa y Comercio ha afirmado que, si se cumple la Agenda por el Empleo y el peso de la industria pasa del 13% al 22%, seremos capaces en 2020 de volver a la tasa de paro que había en el año 2006. Creo que nos encontramos en un momento adecuado para afrontar este reto. El mercado está maduro, existe el liderazgo de la Administración, la tecnología está disponible, las empresas están desarrollando productos y servicios y los ciudadanos ya están adoptando en muchos casos los beneficios de la revolución digital y demandando su implantación en múltiples ámbitos de su vida cotidiana. Tenemos que ser capaces de trasladar a las industrias tradicionales en las que ya somos líderes el potencial de la transformación digital.

Manuel Bellido: ¿Se va produciendo esta adaptación en el tejido industrial andaluz?

Manuel Ortigosa Brun: El Internet de la Cosas está redefiniendo la manera de producir. Es un concepto nuevo, aún no conocido por la totalidad de las empresas. La idea de la cuarta revolución industrial no es sólo la mera automatización o robotización de la producción. Lo fundamental de este concepto es la posibilidad de incorporar sistemas de información e infraestructuras de producción flexible, capaces de reaccionar en tiempo real a los cambios de la demanda y fabricar a gran escala productos económicos lo más individualizados posible, a la medida de las necesidades del cliente. El impacto de las TIC en las pymes andaluzas va en aumento, pero disminuye a medida que el proceso de digitalización es más efectivo. Según la encuesta del INE sobre el uso de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones y del comercio electrónico referente al primer trimestre de 2015, el 98,8% de las pymes andaluzas de 10 o más empleados dispone de ordenadores y el 97,4% de conexión a Internet en el primer trimestre de 2015. En cuanto a la digitalización de la información, el 28,8% utiliza herramientas ERP para compartir información sobre compras/ventas con otras áreas de la empresa y el 33,1% herramientas CRM para gestionar información de clientes. Finalmente, sólo el 12,6% de las empresas compró algún servicio de cloud computing, un incremento de sólo 1,4 puntos porcentuales sobre el periodo anterior, y se ha reducido en casi 2 puntos porcentuales la proporción de empresas que imparten formación relacionada con las TIC a sus empleados. A la vista de estos datos, es posible comprender que, si bien está claro que la lógica de la economía digital hace a la pyme más competitiva, este cambio no va a ser fácil ni inmediato.

Manuel Bellido: ¿Cómo se le está ayudando desde el Gobierno andaluz y cuáles son las líneas de actuación para esta legislatura?

Manuel Ortigosa Brun: Cuando hablamos de transformación digital de la industria, nos referimos sobre todo a integración de las tecnologías en los procesos productivos. Para la empresa, esto siempre significa un esfuerzo financiero adicional para adaptar su estructura y servicios, tanto internos como externos. Desde la Junta de Andalucía estamos desarrollando instrumentos para ayudar a las empresas industriales en sus inversiones TIC. Actualmente, está vigente la segunda convocatoria de la Orden de Incentivos al Desarrollo Industrial y a la Creación de Empresas, cuyo plazo de entrega de solicitudes está abierto hasta el 31 de mayo. Este programa cuenta con un presupuesto de 70 millones de euros destinado al apoyo de proyectos empresariales tanto de creación como de crecimiento y consolidación de pymes y micropymes. Entre las inversiones y conceptos incentivables se encuentran los equipos informáticos o de infraestructura de TIC, en general, y la adquisición y tratamiento de software. Además del apoyo inversor, se están llevando a cabo iniciativas para fomentar la I+D+i en el contexto de la tecnología y servicios de las Smart Cities y el emprendimiento basado en la innovación. Para ello, desde la Junta de Andalucía se están firmando importantes acuerdos estratégicos con empresas tecnológicas que contribuyan al desarrollo social y económico de la Comunidad. Tal es el caso del Programa Minerva y la creación del Smart Center, en colaboración con Vodafone; o la iniciativa de apoyo al emprendimiento tecnológico innovador “Andalucía Open Future” y el despliegue de soluciones Smart en varios municipios andaluces con tecnología FiWare, en colaboración con Telefónica. El apoyo al emprendimiento es una apuesta clave de esta Administración. Andalucía necesita empresas de base tecnológica que nos permitan posicionarnos en un escenario global en el que todo y todos estaremos interconectados. De esta forma, empresas que desarrollen productos y servicios avanzados e innovadores que la economía y la sociedad andaluza demandan, y empresas que sean motores de bienestar social gracias a la aplicación de las tecnologías más avanzadas en la transformación de actividades con alta rentabilidad social, como el sanitario el educativo, son importantes, porque están creando los nuevos perfiles de empleo que va a necesitar la economía andaluza en los próximos años. No podemos olvidar el importante apoyo que, con vista a 2020, se lleva a cabo a través de diferentes órganos gestores de la Junta de Andalucía para el aprovechamiento de los estímulos aportados a través de instrumentos como Horizonte 2020, así como los diferentes mecanismos de programación a nivel andaluz de los fondos comunitarios. También hay que referir el recientemente aprobado Plan de Investigación e Innovación 2020 y, junto a él, la Estrategia para la Industrialización de Andalucía 2014-2020, la Estrategia de Impulso del Sector TIC Andalucía 2020 y el Plan de Acción AndalucíaSmart 2020. Todos estos planes se encuentran en distintas fases de elaboración y contemplarán valiosas medidas relacionadas con el impulso de las tecnologías de reindustrialización en el tejido empresarial andaluz.

Manuel Bellido: En este ámbito, ¿qué importancia tiene la colaboración público-privada?

Manuel Ortigosa Brun: La Junta de Andalucía considera primordial la colaboración público-privada, entendida como el establecimiento de alianzas estratégicas que permitan seguir apostando por un modelo donde el conocimiento y la innovación posibilitan el desarrollo y el progreso de nuestra región. Tal es el caso de los convenios firmados por la presidenta de la Junta con grandes compañías, como Telefónica, Vodafone, Fujitsu y Endesa, o con entidades financieras, como el Banco Santander, la Caixa o el BBVA. Se trata de alianzas donde los sectores público, académico y privado trabajan de la mano, combinando visión estratégica, experiencia innovadora e investigación. Unas alianzas que afrontan el reto de mejorar la formación de nuestros recursos humanos; situar la I+D+i como base para el crecimiento; y aprovechar el potencial del sector de las TIC andaluz por su capacidad de crecimiento económico.

Manuel Bellido: ¿Cuáles son sus recomendaciones, sobre todo a las pequeñas y medianas empresas?

Manuel Ortigosa Brun: Las pymes andaluzas en general, y las industriales en particular deben prepararse para esta transformación digital. La economía digital va a impactar tanto en las industrias más tecnificadas, como puede ser la del automóvil, como en otras más tradicionales como las del mueble, la textil o la agroalimentaria. Para todas ellas, indicarles que la transformación digital permitirá obtener productos con un mayor valor añadido, permitirá disponer de procesos productivos más eficientes y abrirá la oportunidad a nuevos modelos de negocio. Posiblemente, no ser conscientes de la importancia del momento actual no sea una opción.

Manuel Bellido

por @mbellido

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