“La protección de intangibles es fundamental para defender la competitividad de la empresa”

Manuel Bellido: ¿Hasta dónde llegan los intangibles de una empresa y por qué es importante protegerlos?

Isabel Hormigo: Los activos intangibles de una empresa van más allá de aquello que puede protegerse bajo el esquema de patente, marca o diseño industrial. Son activos intangibles para una empresa otros aspectos más abstractos como los procesos internos e información de las empresas, los desarrollos de software (SW) o la propiedad intelectual generada por los trabajadores. Al final, todo es conocimiento que se genera dentro de la empresa y tiene un valor indiscutible, que hay que gestionar y proteger, lo que pasa es que veces la “titularidad” de ese conocimiento es confusa, incluso para la propia empresa. En la era del conocimiento, el éxito o fracaso empresarial depende en gran medida del capital intelectual y, por eso, es muy importante protegerlo, ya que de ello puede depender la ventaja competitiva de la empresa. Todos estos aspectos son importantes para cualquier empresa, pero son especialmente críticos para las empresas de tecnología y/o de desarrollo de software, puesto que su “productos” son meramente intangibles y, sin embargo, son la base de su negocio y su competitividad.

Manuel Bellido: ¿Cómo proteger entonces los intangibles en el sector TIC?

Isabel Hormigo: Las empresas de desarrollo de tecnología tienen difícil el acceso a los esquemas tradicionales de protección, ya que, en Europa, sólo se pueden patentar desarrollos SW que resuelvan problemas de carácter técnico, que sean novedosos y que impliquen una contribución o invención. Con estas restricciones, nos podemos hacer una idea de lo complicado que es patentar un programa cualquiera, ya que la mayoría de los desarrollos SW que se hacen no cumplen estas tres características. Además, para una empresa que subcontrate desarrollos a terceros también es complicado porque depende de los desarrollos a medida y, si desaparece la empresa suministradora del SW o quiere cambiar algo, no puede tener acceso al código fuente de los desarrollos que ella misma ha pagado e incluso ha colaborado en su desarrollo. En la actualidad, se ha avanzado bastante en esta línea con una nueva forma de proteger estos desarrollos a través de los llamados “contratos escrow”. Un contrato escrow protege y certifica la titularidad de un código fuente de manera que, aunque una empresa cambie de suministrador de SW, siempre podrá aprovechar los desarrollos que éste le proporcionó. A nivel internacional ya es bastante conocido y se está empezando a difundir en España.

Manuel Bellido: ¿A qué tipo de negocio le puede interesar?

Isabel Hormigo: Pues, en realidad, a todas o, al menos, a muchos tipos de empresas diferentes: una empresa que subcontrate SW a un tercero, en previsión de que la empresa desarrolladora entre en concurso o desaparezca; también a las empresas que desarrollan SW, en previsión de que el personal clave para un proyecto se vaya de la compañía, por ejemplo, en grandes proyectos “llave en mano”. Incluso es posible usar este tipo de contrato de protección como medio de prueba en la fase de desarrollo de determinados productos.

Manuel Bellido: ¿A quién se puede acudir?

Isabel Hormigo: Es un contrato “privado” entre dos partes, comprador de SW y desarrollador del SW, que se comprometen a usar los servicios de una tercera parte. Es frecuente que se empleen notarios o firmas legales que coordinen todo el proceso, llamados “agentes escrow”. Al final, es una herramienta para establecer un espacio de confianza en las relaciones empresariales. En un mundo que tiende necesariamente a la digitalización de los negocios, las empresas de tecnología tienen un papel clave.

Manuel Bellido: Las empresas se ven obligadas a afrontar esa transformación digital para seguir siendo competitivas. ¿Qué nuevas tecnologías están surgiendo que les pueden ayudar?

Isabel Hormigo: El mundo digital ha calado ya profundamente en la sociedad. Lo digital ha multiplicado exponencialmente la habilidad de conectarnos. No hace muchos años, sólo tenían acceso a Internet las empresas e instituciones. Ahora lo tiene la mayor parte de los ciudadanos y ya empieza a verse muchos ejemplos de objetos con conexión a Internet como un coche, la TV o hasta una farola, un contenedor de basura o la nevera. Cada día aparecen nuevas tecnologías, como la mencionada IoT (objetos conectados a Internet), o el famoso Big Data, resultante de la incorporación de más dispositivos y personas al inmenso flujo de datos que van a Internet. Todas estas tendencias obligan a que empresas de cualquier sector, que quieran seguir siendo competitivas en este nuevo panorama, estén avocadas a una transformación total al mundo digital, replanteándose las herramientas para gestionar procesos como el marketing, comunicación con clientes y proveedores, el desarrollo de la marca, incluso la comunicación interna y la selección de personal.

Manuel Bellido

BIO

Isabel Hormigo Melgar es ingeniera de Telecomunicación por la Escuela Técnica Superior de Ingenieros (ETSI) de la Universidad de Sevilla, con especialidad en radiación y radiocomunicación. También es Máster en Electrónica, señales y sistemas de comunicaciones por la Universidad de Sevilla y cuenta con más de 10 años de experiencia laboral, de los que ocho han estado ligados a la innovación, gestión de proyectos, gestión de conocimiento y asesoramiento en materia de I+D+i.

por @mbellido

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