Está mañana leía en un texto de Italo Calvino una frase luminosa y verdadera que enseguida hice mía porque de alguna manera me mostraba la experiencia que a diario hago en mis momentos dedicados a la  lectura: «Leer es ir al encuentro de algo que está a punto de ser y aún nadie sabe qué será». Leer no es solo un placer,  “leer lo es todo”, decía  Nora Enphron, y concluía: “La lectura me hace sentir que he logrado algo, he aprendido algo, que soy mejor persona”.  Conozco mucha gente y tengo que decir que las vidas más ricas y de prospectivas más amplias son de aquellas personas que aman la lectura. Es curioso que entre los seres vivos, solo los humanos gozan de este privilegio; ninguna otra creatura viviente posee esta capacidad. Este privilegio abre infinitos caminos que nos conducen a los tesoros del espíritu humano de todas las épocas y de todas las partes de mundo. Antes que lector fui curioso de los libros. Mi padre trabajaba en el archivo histórico del Ayuntamiento. Pasaba horas rodeado de libros, por sus manos pasaban diariamente infinidad de volúmenes destinados a ocupar un espacio en aquellas estanterías. Cuando yo era niño, durante los veranos, pasaba algunos ratos junto a él en aquella sala inmensa que olía a papel y a tinta. Pasaba mi mano sobre los lomos con el titular escrito de abajo a arriba o al contrario.  Delante de algunos que me llamaban la atención me paraba y leía su inscripción. La mayor parte de ellos hablaban de la ciudad, de su historia, de sus personajes…  A menudo preguntaba a mi padre el significado de alguna palabra y poco a poco fui entendiendo que esos objetos eran capaces de llevarnos de excursión para conocer, otras épocas, nuevos lugares y nuevas personas. Más tarde iría aprendiendo que los libros también nos permiten una mayor comprensión de la vida y de la gente, para darnos alas y poder volar hacía donde la brújula de nuestra voluntad lo decida, desarrollando nuevas ideas y nuevos puntos de vista. Si se tiene la voluntad de aprender, seguramente se encuentran joyas en todo aquello que leamos. Como un cuerpo sano necesita nutrición, una mente sana necesita lectura. Cada vez que nos adentramos en la lectura y reflexionamos sobre aquello que hemos leído, esculpimos algo importante nuevo en nuestras mentes y en nuestras vidas. Buena y seleccionada lectura en estas vacaciones.

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com