La economía actual está viviendo una de las más complejas situaciones que se han dado en los últimos tiempos. El empresario necesita imperiosamente herramientas que le ayuden a conseguir las metas que se propone y llegar a buen puerto sin demasiados efectos nocivos. Es por ese motivo que no hemos querido faltar a nuestra compromiso anual de poner en manos de nuestros lectores el ANUARIO EMPRESARIAL DE ANDALUCÍA.
Es enero, el primer mes del año en nuestro calendario, que toma su significado del latín ‘Ianuarius’ y del dios romano Jano o ‘Janus’.
Jano es el dios de los principios y de los fines. Su símbolo era una cabeza de dos caras, que miran al este y al oeste, por donde sale y se pone el sol. Se le atribuía la facultad de ver, al mismo tiempo, lo que estaba por venir y lo ya pasado y éste es el motivo por el cual sus estatuas nos lo muestran con dos caras, mirando en direcciones opuestas.
El ANUARIO EMPRESARIAL DE ANDALUCÍA 2004 quiere cumplir la misma función que Jano y mostrar, como sus estatuas, dos perfiles mirando en direcciones opuestas: uno hacia 2003, para hacer balance del año que acaba de morir y otro hacia 2004, con un completo ejercicio de análisis y prospectiva que nuestros expertos han realizado para programar y afrontar mejor el año nuevo.
Andalucía está adquiriendo en el escenario económico un protagonismo creciente y esto ha favorecido que 2003 fuese un año intenso. Este instrumento que se configura como narrador de la actualidad puede darnos explicaciones para conocer y entender mejor lo que está sucediendo dentro y fuera de nuestro entorno empresarial. Una lectura de nuestra historia cercana nos aporta elementos para enjuiciar de manera más sabia el presente y evitar errores en el futuro.
Por otra parte, el análisis de nuestros expertos, sin recurrir a aproximaciones fantasiosas, trata de describir y explicar el escenario en el que posiblemente nos moveremos en 2004.
El conjunto muestra un futuro optimista. Pero si queremos y todos nos esforzamos, seguro que en la realidad será aún mejor.
Nuestro deseo es ése. Y que ustedes lo vean.