Transcurrieron  algo más de diez años entre la caída del muro de Berlín en noviembre de 1989 y el atentado a las Twin Towers de Nueva York, en septiembre de 2001, una larga pausa entre dos épocas que se podrían considerar muy diferente. Como sucedió en el pasado, grandes acontecimientos logran cambiar el rumbo de la historia.  El mundo cambió después de 1989 con la muerte del comunismo y el inicio de la era de la globalización y volvió a cambiar   por los atentados terroristas cometidos ese 11 de septiembre en Estados Unidos  por miembros de la red yihadista Al Qaeda, atentados que causaron más de 3.000 muertos y 6.000 heridos. Fue el suceso que dio inicio a las denominadas políticas de guerra contra el terrorismo.  Años después, otro gran terremoto, esta vez económico, sacudía a la sociedad mundial y en particular a la europea. La crisis económica de 2008 a 2013, también denominada Gran Recesión y originada en Estados Unidos, sacudió Europa con una tremenda crisis crediticia, hipotecaria y de paro; una gran convulsión que ha producido mucho dolor y de la que nos está costando mucho esfuerzo salir. Una pequeña luz se ve al final de este túnel. Al menos por lo que respecta a la economía española se acerca poco a poco a un punto de inflexión y en 2014, probablemente, se volverá a crecimientos positivos del PIB. Esto significa  que «estamos al principio del final de la crisis». No solo en España, también en otros países de la UE se están viendo lo mismos síntomas.

Es posible que a la salida de la crisis vislumbremos un nuevo ciclo y se abra una nueva etapa para occidente. La pregunta que todos nos hacemos es en qué dirección se moverá Europa y en particular la UE. Quizás el primer paso necesario sea redescubrir la conciencia de pertenecer a un continente que tiene un bien común, una raíz común y una meta común.  Una percepción y un estado de ánimo que no se puede alcanzar solo a través de la política. Europa necesita un compromiso renovado por parte de cada uno de sus ciudadanos, a nivel personal y de pequeñas o grandes comunidades,  instituciones, asociaciones y movimientos. Un impulso que desde la sociedad civil nos encamine a  perseguir los más nobles ideales humanos que ya inspiraron a Adenauer, Monnet, Schuman, De Gaspari  y a muchos otros que le siguieron en la idea de una Europa, pacífica, unida y prospera.

Hoy se empieza a hablar de la necesidad inminente de una  unión bancaria y de una unión fiscal; dentro de dos años, como muy tarde,  se comenzará a hablar explícitamente de iniciar el camino de la unión política.

«Unida en la diversidad«, es el lema de la Unión Europea, referido a la manera en que los europeos se han unido, formando la UE, para trabajar a favor de la paz y la prosperidad, beneficiándose al mismo tiempo de la riqueza de sus culturas, tradiciones y lenguas.  Ahora se tratará de transformar y aplicar ese lema, con realismo y capacidad de sacrificio,  en una realidad más concreta, más institucional y funcional, llevando  la unión actual a una realidad política común que nos haga más fuertes, más solidarios y más capaces de afrontar los retos que la humanidad tiene por delante, el primero de ellos la construcción de un orden social más justo, solidario y sostenible. El destino de la humanidad es el de ser cada vez más una sola familia. Europa también está en ese camino. Pasada la crisis, esa será  su tarea primordial.

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com