En los tiempos que corren son de agradecer ciertos gestos de compasión y de solidaridad, de acercamiento sincero hacia los más débiles y hoy, mirando las noticias que proporcionaban las agencias de prensa, he buscado casi desesperadamente crónica blanca, noticias positivas, hechos solidarios o a favor de la paz, sin embargo el panorama era desolador, tanto que casi toda la humanidad me parecía atacada por virus que la rendía débil, incluyendo la Tierra donde se alberga.

El ataque que ha tenido lugar cerca de la escuela primaria Al-Khifah en Heet, al oeste de Irak producía la muerte de algunos niños, desde enero, las regiones de Dosso, Maradi, Niamey, Tahoua y Tillabery en Niger se han visto afectadas por el cólera, van ya 3.854 casos y 83 personas muertas,  1,3 millones de niños están afectados por la crisis en Siria, desde que estallara el conflicto en Mali más de 420.000 malíes han huido de sus hogares, se han producido cerca de 170.000 desplazados internos y 250.000 personas han buscado refugio en Mauritania, Burkina Faso, Niger y Argelia, más de 18,5 millones de personas en la región del Sahel situada entre África Occidental y Central se enfrentan a una grave crisis alimentaria, la situación es extremadamente preocupante sobre todo en Mauritania, Níger, Burkina Faso, Malí, Chad, Gambia y Senegal…

Son todas situaciones dramáticas que ponen en peligro a esta especie de hotel que es la Tierra. Conocer lo que está pasando en cualquier otra parte del mundo se lo debemos a la creciente mundialización, que muestra así un aspecto positivo, el aspecto negativo es descubrir que ha crecido la interdependencia y no la solidaridad. En esta globalización hay una conexión entre dos elementos: un poder financiero casi ilimitado y la crisis de la sociedad y la destrucción de la solidaridad tradicional. Andar estos camino lleva solo a la catástrofe. La historia que es maestra nos podría recordar que la crisis del 29 se transformo en crisis de la democracia y en conflicto. Como fuegos que arden por doquier muchas culturas locales están dando vida a muchos ismos, nacionalismos, etnicismos y fanatismos.
En estos momentos miles de jovenes están concentrados, a unos 200 metros del Congreso de los Diputados para mostrar su descontento contra los políticos. Las imágenes muestran sobre todo provocación hacia la policía. Lo triste de todo esto es que estos jóvenes expresan la ruptura pero no tienen la capacidad de construcción. Crece el poder de denuncia, con razón o sin ella, pero no el de enunciación. No quiero, a estas alturas ser pesimista, me declaro optimista convencido Si tuviera que mirar fríamente la realidad no nutriría ninguna esperanza pero semillas positivas que van floreciendo en muchos lugares  me hacen esperar. Por otra parte,  la historia de la humanidad nos enseña que la salvación se manifiesta cuando menos la esperamos.

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com