“Sueña con los angelitos”. Era lo que mi madre me decía arropándome en la cama cada noche cuando era niño. Quizás quería decirme, no tengas pesadilla, ten sueños bonitos. De vez en cuando lo recuerdo; sobre todo cuando me encuentro de frente a una situación difícil o una preocupación intenta tiranizarme. Esta mañana a una joven que lleva meses buscando trabajo y estaba perdiendo la esperanza, le dije, casi sin pensarlo; “antes de perderte, sueña”.  A veces puede ser la manera de no hacer caso a la desconfianza que nos invade, superar nuestros límites y volver a esperar. Soñar es lo que nos permite tener siempre los pies en el suelo sin dejar de levantar los ojos al cielo. Las pequeñas o grandes adversidades que forman parte del ciclo vital de nuestros días se combaten con los sueños. A veces adquirimos sueños con los sueños de otros seres humanos. A lo largo de la historia muchos hombres y mujeres han soñado y han hecho realidad esos sueños.  Sumergirse en ellos alarga nuestra visión, nos hace comprender la riqueza que la imaginación humana que es capaz de vencer en cualquier circunstancia la pobreza de la realidad. Es el poder de los modelos.

Cuando nuestros patrones de experiencia siguen jugándonos malas pasadas, cuando asimilamos una y otra vez que lo conocido es lo cierto y que si algo nos ha ido mal, nos  seguirá yendo mal, es necesario pararse y volver a soñar para orientar de nuevo nuestra conducta futura y tomar nuevas decisiones.  Se trata, de vez en cuando, de  distanciarnos para reflexionar y  meditar  si tenemos un sueño por el que vivimos o sencillamente las circunstancias nos viven,  si marchamos en dirección a nuestros sueños o en dirección contraria. Hay un tiempo para cada cosa y es necesario buscar ese momento que permitan fluir nuevos sueños. Soñar es renunciar a vegetar, soñar nos permite vivir.  Hay una poesía de Teresa de Calcuta que habla de Vida, esa que nos toca inventar cada día.

 

“La vida es una oportunidad, aprovéchala.
La vida es belleza, admírala.
La vida es beatitud, saboréala.
La vida es un sueño, hazlo realidad.
La vida es un reto, afróntalo.
La vida es un deber, cúmplelo.
La vida es un juego, juégalo.
La vida es preciosa, cuídala.
La vida es riqueza, consérvala.
La vida es amor, gózala.
La vida es un misterio, devélala.
La vida es promesa, cúmplela.
La vida es tristeza, supérala.
La vida es un himno, cántalo.
La vida es un combate, acéptalo.
La vida es una tragedia, doméñala.
La vida es una aventura, arróstrala.
La vida es felicidad, merécela.
La vida es la vida, defiéndela”.

por @mbellido

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