España sufre y sufrimos los españoles. Las condiciones económicas siguen siendo nefastas. Con amigos empresarios hablamos de dificultades difíciles de superar. Cabizbajos y postrados, los autónomos tampoco saben qué hacer. La política económica de este Gobierno ha sido, desde hace años, demagógica y errática, a menudo populista y muchas veces falsa. Muchos guiños a los bancos y a los sindicatos y muchos disgustos para las clases medias. Las condiciones políticas e institucionales también están en crisis. Zapatero con su modo de hacer ha creado una confrontación permanente que no ha hecho más que profundizar nuestros males. A lo último que hemos asistido es ver como el Consejo de Ministros tenía que adoptar medidas impuestas desde Berlín, Washington o París y mientras tanto, la bolsa dándose costalazos, las empresas cerrando y los parados engordando las listas del INEM. Una situación como la que vive España requeriría una actitud de grandeza de todos y especialmente del presidente del gobierno.
No ayudan tampoco esos grupos de izquierda envenenados, desmadrados y alterados queriendo hacer pasar por tonto a todo el resto de los españoles, pretendiendo convencernos de que la ley solo puede aplicarse en beneficio de sus ideologías o intereses. La salud social de los españoles también se resiente porque la aplicación de la Constitución está sufriendo un deficiente funcionamiento y la calidad institucional vive uno de sus peores momentos. Muchos políticos siguen sin aplicar su servicio al bien común, siguen distraídos con musarañas y atareados en agarrarse con fuerza a los sillones del poder para que no se los quiten cuando llegue la hora de las urnas. Cuántas sandeces se siguen escuchando en los Medios afines al gobierno para defender lo indefendible. Cuántas «malas artes» para embaucar a la gente y desinformarla. Con cinco millones de parados la nación sufre, y da vergüenza ver a ciertos “artistas”, actores y cantantes que entonan “defender la alegría” para apoyar a un gobernante que nos ha llevado a la ruina. ¿Qué alegría? Sí, ellos, subvencionados y apoyados desde la Moncloa, siguen sonriendo, porque a ellos no les falta de nada. Los parados, los pobres y las clases medias sufren y esto se lee en el rostro de muchas personas que no ven la luz al final del túnel.
Ejército, banca, poder judicial, medios de comunicación, sindicatos, empresarios dóciles y partidos políticos tendrán que hacer, antes o después, y cuanto antes mejor, un minucioso y sincero examen de conciencia o la grácil salud social de nuestra patria no habrá quien la restablezca. Ni siquiera Obama.

por @mbellido

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