Que no gane la muerte

En estos meses, la vida de millones de personas ha cambiado de repente. Y si para muchos esto también significa estar más con los seres queridos, detener el ritmo frenético de la vida, sin embargo, para muchos, también es un momento de preocupación por el futuro incierto, por el trabajo que corremos el riesgo de perder y por las otras consecuencias que trae la crisis actual. Indiferencia, egoísmo, autoritarismo, división, guerra, manipulación, politización, falta de transparencia, no son las realidades que queremos ver en este momento, estás prevalecen cuando el miedo y la muerte ganan en nosotros, es decir, cuando no dejamos que la Vida, que el espíritu y el amor ganen en nuestros corazones y en nuestros quehaceres.