Cito un libro que me regalaron hace veinte años, me lo regaló un amigo que estudiaba en la Universidad de Bologna, para que su contenido pudiera ayudarme a fortalecer mi vocación de escritor que el conocía. El autor es Ítalo Calvino, nacido en Cuba, de padres italianos, en 1923 y fallecido en Italia, concretamente en Siena en 1985. Se trata de Lezioni americane. Sei proposte per il prossimo millennio, (Lecciones americanas. Seis propuestas para el próximo milenio) Un libro basado en una serie de lecciones escritas para un ciclo de seis lecciones que se habrían tenido que impartir en otoño de 1985 en la Universidad de Harvard, en el ámbito de las prestigiosas «Poetry Lectures» dedicadas al estudioso de Dante e histórico del arte americano Charles Eliot Norton y que nunca se celebraron por la muerte de Calvino en septiembre del mismo año. La primera edición post mortem se publicó en ingles en 1988.
Un libro que trata de proyectar el futuro y sugerir orientaciones para las transformaciones que estaban por llegar. Al mismo tiempo ofrecía sugerencias como los de la escritura como sistema de control. Cada lección tomaba referencia de un valor de la literatura. El orden de las lecciones no era casual, sigue una jerarquía decreciente: ligereza o levedad, rapidez, exactitud, visibilidad, multiplicidad y consistencia, que bien podría ser también coherencia y que solo proyectó sin llegar a terminarla.
Son cualidades aplicables a nuestro trabajo y a nuestros modos de llevar a cabo cualquier tipo de actividad. En el trabajo periodístico, concretamente, siempre nos viene bien reflexionar sobre como lo hacemos. Ítalo Calvino solía decir: «El arte de escribir historias está en saber sacar de lo poco que se ha comprendido de la vida todo lo demás; pero acabada la página se reanuda la vida y uno se da cuenta de que lo que sabía es muy poco.« Las agraciadísimas citas de autores de todos los tiempos que pueblan las páginas del libro nos introducen en las profundidades de cada una de las seis cualidades. Calvino amaba los clásicos y el libro nos invita a leerlos, a reflexionar y a iluminar nuestros actos con esa sabiduría. Es de Calvino esta cita: «Un clásico es un libro que nunca ha cesado de contar lo que tiene que contar.» Una invitación a huir de la superficialidad y no perder de vista la conexión entre las personas, los hechos y el mundo cambiante que nos rodea.