Dos personas han muerto y una decena han resultado heridas en los enfrentamientos que se han producido en diversas ciudades de Turquía tras la muerte de un chico de quince años herido durante las protestas iniciadas en el Gezi Park de Estambul el verano pasado.
En Tunceli, en el centro del país un policía ha muerto de infarto después de haber inhalado grandes dosis de gas lacrimógeno, En Estambul también ha muerto un joven de 22 años durante un enfrentamiento armado entre opositores y seguidores del primer ministro filo-islámico Recep Tayyp Erdogan.
En el mismo Estambul en el distrito de Sisli, un grupo de manifestantes ha incendiado la sede del Partido de Justicia y desarrollo. En Esmirna, lo veíamos en TV, la policía ha tenido que dispersar con cañones de agua y gases lacrimógenos a más de 10.000 manifestantes de los cuales muchos han tenido que ser trasladados a centros hospitalarios por las heridas y otros han sido detenidos y conducidos a dependencias de la policía. En Ankara un grupo de seguidores del gobierno ha atacado a otro grupo de manifestantes, teniendo que intervenir la policía para separar los dos frentes. En Denizli, en el sur de Anatolia 47 personas entre los que se encuentran dos policías han sido hospitalizados, 26 han sido los arrestados. Muchas detenciones se han producido también en Adana, Kocaeli y otras ciudades.
En el caso que narraba al inicio de mi post sobre el chico de 15 años fallecido después de haber permanecido nueve meses en coma se han lanzado en dos días más de 14 millones de tuits. Ayer durante su funeral según datos ofrecidos por Keyhole, el l’hashtag #BerkinElvanOlumsuzdur (BerkinElvanImmortale) ha sido twitteado 11,9 millones y ha llegado a 70 millones de personas en todo el mundo. Las redes sociales se han convertido en Turquia desde el pasado verano en un instrumento indispensable de la resistencia juvenil. Desde entonces casi 20 millones de tuits han saltado a la red diariamente.