De nuevo una noticia en TV nos sacude y conmociona. Se trata del increíble acto de violencia en medio de la calle, en Woolwich, en la periferia de Londres. Las imágenes muestran al culpable, con las manos aún llenas de sangre, después de haber asesinado a un soldado a golpe de machete, acercándose a un transeúnte que había grabado la escena con un teléfono móvil. Las palabras delirantes del asesino estremecen: «En el nombre del Alá” «Juramos por Alá todopoderoso que nunca dejaremos de combatiros, sentimos que las mujeres y los niños deban ver esto”. “Vuestra gente nunca va a estar a salvo. Cambiad a vuestro Gobierno” “La única razón por la que hemos hecho esto es porque hay musulmanes muriendo cada día. Este soldado británico es el ojo por ojo y el diente por diente».
Estoy convencido que en el fondo la violencia es miedo de las ideas de los demás y poca fe en las propias, aunque supuestamente uno lo haga en nombre de ideales religiosos. Decía Gandhi, ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego.