Halloween es uno de esos fenómenos que nunca entenderé. Una fiesta que en España nunca ha existido y que sin embargo se ha asentado de una manera tan contundente, que hasta las escuelas, sí las escuelas, la celebran. Probablemente como tantas otras cosas  ha iniciado como un fenómeno comercial, estudiado, proyectado y puesto en marcha para vender determinados productos. Una especie de carnaval para los niños. Sin embargo en una década se ha transformada en la exaltación estúpida del horror, una especie de carrera a ver quién es capaz de vestirse y de actuar de la manera más macabra, lúgubre y desagradable.  Nada que ver, con la fiesta de los niños en Estados Unidos, que pasando de casa en casa, preguntaban ¿Dulce o broma?

Aquí nos hemos ido acostumbrando a ver supermercados, discotecas y otros ambientes públicos convertirse en auténticos museos del horror exponiendo sangre y monstruos, cabezas cortadas y caras  deformes, como si fueran adornos de Navidad. En mi opinión, un verdadero insulto a los horrores verdaderos que en muchos rincones del mundo se están viviendo en la actualidad. Nada que ver con la belleza o la dignidad del cuerpo, todo lo contrario, muchos se emplean a fondo para poner en práctica la  idea más impresionante y terrorífica.

¿Es necesaria está puesta en escena? ¿Tan faltos estamos de contenidos para divertirnos? ¿No se encuentra algo mejor que representar el mal?

Me han dicho hoy que la tradición nace de los druidas, sacerdotes célticos que pasaban de casa en casa amenazando con bendición o maldición. El 31 de octubre era el día en que el príncipe de la tinieblas Samain vencía al dios Sol durante seis meses y los pobres habitantes de las zonas rurales asustados, pagaban. Esta es la matriz y según me dicen es también el 31 de octubre el año nuevo de los “satánicos” que en halloween todos los años llevan a cabo sus ritos de profanación.   Está claro que nada de estas cosas tienen que ver con la gente normal, por tanto me pregunto, porque este empeño de regalar a criaturas inocentes un día de horrores, mostrándoles un mundo de tinieblas en lugar de un mundo real y de belleza.

Es curioso que esta fiesta coincida con los días en que desde hace mucho tiempo celebramos las virtudes de los santos y la memoria de nuestros difuntos. Día 1, “Todos los santos” y día 2, “Todos los fieles difuntos” Halloween quiere decir Vigilia de los Santos. Los santos son personas que han existido realmente, grandes modelos de vida y no fantasmas o personajes de ficción.

¿Quién moverá los hilos del mundo que la fiesta de los santos, que es la celebración de la dignidad humana, tenga que dejar su sitio a la noche de la oscuridad y del horror estúpido?

 

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com