En algunos casos nos gustaría pasar por la vida solo anotando, soñando, explorando lo que acontece pero no interviniendo ni inmiscuyéndonos. Eso sucede cuando esos fragmentos de vida transpiran malestar, dificultad o dolor. Sin embargo nos sentimos como objetos atraídos por un imán por aquellos fragmentos nacidos del reino del sentimiento amoroso. En esas raciones que la vida ofrece de vez en cuando quisiéramos zambullirnos de cabeza, siendo sus principales protagonistas.
Casi siempre las verdaderas historias de amor parecen nacidas de la mejor literatura romántica y, como recién nacidos, quien las vive, descubre una luz nueva incluso en lo cotidiano y minúsculo. Se vive sumergido en una especie de estética de la desnudez angélica y de la sencillez del alma. El lenguaje y el pensamiento se abarrotan de poética vivificante y, el día a día, se antoja una plenitud de hallazgos. El amor enriquece el vocabulario y de repente los bolsillos del espíritu rebosan de palabras hermosas. La fantasía brilla, convoca, evoca y motiva. El talento no deja hilo suelto. La mujer se entrega entera donando su corazón y de consecuencia le sobrecoge un deseo por su amado que a éste le llena de satisfacción en su papel primitivo de conquistador. Cupido inexorable, juega en cada momento a acertar con las flechas más indicadas: pasión, ternura, devoción, ardor, apego, necesidad… Este incesante diálogo entre los enamorados trasforma el tiempo convirtiendo las horas en segundos y los minutos en eternidad.
Cuando existe entre ambos enamorados una relación plena y madura la pulsión sexual no lleva solo a la satisfacción de un placer instintivo extraordinario y rico de matices sino que se convierte en lenguaje de un amor capaz de engendrar un fruto humano de esa unión cuando se crea necesario. En sí, esta relación sexual es ya una tierna, delicada y elegante expresión del alma humana en su dimensión erótico-corporal. Un bálsamo rebosante de perfume que también actúa de levadura que fermenta con su energía el universo y el quehacer de lo humano para prepararlo a otra plenitud mayor.
Es tan difícil describir lo que brota del corazón humano en un fragmento de vida mientras está atareado con un amor verdadero.

por @mbellido

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