Esperando las próximas batallas

Parece que entre la realidad y la ficción no existen límites precisos. Alfredo Pérez Rubalcaba se ha convertido hace unos minutos en el nuevo secretario general del PSOE al ganar a Carmen Chacón por 487 votos frente a 465. He seguido a través de los Medios nacionales y de Twitter todo el proceso de la elección y es curioso como cada cual iba contando la película de un modo diverso. Un universo complejo, el de este congreso, que mostraba un partido socialista dividido y polarizado, algo que se manifestaba en el resultado final de la votación con la escasa diferencia de 22 votos entre los dos. Si escuchabas a partidarios, de uno y de otro, percibías no solamente opiniones diversas, también narraciones diversas sobre el proceso, sobre las presiones, sobre el recuento y sobre el resultado. “Somos un partido fuerte”, decía Rubalcaba y se oían aplausos pero también algunos silbidos. En la fotografía final que ofrecia este Congreso había bordes inciertos y, tras escuchar las conversaciones en los diversos corrillos, había que concluir que realidad y ficción tejían un mismo entramado. También entre las voces que se alzaban entre militantes, presentes y no presentes, que Twitter difundía había quien decía: “ni renovación ni una apuesta nueva», “el PSOE sale debilitado” «Griñán no ha perdido el Congreso, lo ha ganado el partido y todos los militantes». «un ejercicio ejemplar de democracia en el seno del PSOE»… En fin, como en botica, de todo. La impresión que se tiene es que se acabó la guerra y ahora empiezan las batallas. Está en juego, entre otras cosas, el poder regional. Esperemos que de todo esto salga algo bueno para España y que el nuevo secretario general, hombre de 60 años cumplidos, tenga la lucida conciencia de poner a trabajar al PSOE al servicio de los ciudadanos y no sea el signo de la certeza de un tiempo diferente que amenaza a esta izquierda como a otras izquierdas de Europa.