Hay un camino hacia el pasado para unos y un camino hacia el futuro para otros. En la vida, para todo y para todos siempre hay un recorrido, un viaje. Me pregunto hacía donde quiere ir cierta izquierda cuando en la Declaración de la Comisión Ejecutiva del Partido de la Izquierda Europea, firmada en Berlín el 14 de enero pasado decía: “Hemos llamado a la construcción de frentes de resistencia frente a la austeridad y contribuido fuertemente a sancionar electoralmente a los gobiernos que han implementado políticas de austeridad” Realmente se cree Cayo Lara lo que dice cuando declara: “Asistimos a un ataque muy directo a la democracia. Se nos impuso un límite de déficit en la Constitución. ¿No es esto una injerencia de la UE y de los mercados? Ahora, el Estado, por esa regla de tres, quiere controlar los presupuestos autonómicos. No cabe duda de que hay una injerencia, sí”. No cabe duda de que su viaje no es hacía el futuro anclado como está en eternizar la tensión social.
O este señor y todos sus camaradas tienen una varita mágica para que haya dinero para todo o en sus vidas no han tenido nunca aprietos económicos. ¿Con este déficit, de donde pensarán que se puede sacar el dinero? Siempre he creído que austeridad significa sobriedad y ausencia de adornos, una expresión que se utiliza cuando nos queremos referir al rehusar lo innecesario. Cuando en una familia el sueldo es corto y apenas se llega a fin de mes, se recortan aquellos gastos que no son tan necesarios, la misma operación se hace en una empresa y la misma actitud se tendría que tener en los gobiernos. Austeridad es lo contrario de despilfarro. La situación de vivir por encima de las propias posibilidades reales, como hemos hecho en los últimos años, no se puede seguir manteniendo. ¿Por qué esta izquierda está en contra de la austeridad? Dicen que lo hacen en nombre de la solidaridad con los más pobres y débiles para que no se recorten los derechos fundamentales y las prestaciones esenciales. ¿De verdad alguien se cree que se quieran eliminar la escuela o la sanidad publica?.
Del pueblo, de las clases obreras y de los pobres quieren ser sus representantes pero en realidad los hechos demuestran que son solamente palabras. Ningún régimen de extrema izquierda ha practicado nunca la solidaridad. No veo a ninguno de estos dirigentes compartir su sueldo con familias de parados ni llevar alimentos a los comedores de Caritas. Percibo mucha demagogia en las retahílas de ciertos parlamentarios. Muchos halagos a los sentimientos elementales de los parados, de los pensionistas, de los obreros, para conseguir mantener algo de protagonismo, pero nada más. Es posible que logren incendiar las calles, como muchos de esos dirigentes proclaman, pero lo único que conseguirán será atrasar la recuperación económica de nuestra tierra y la incorporación de los parados al mercado laboral. Ya lo decía Péguy: “el triunfo de las demagogias es pasajero, pero las ruinas son eternas”. Esperemos que un milagro o algo por el estilo infunda sensatez y raciocinio en momento tan delicados como los que estamos atravesando

por @mbellido

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