El Informe sobre Inclusión Social de la Caixa 2008 es contundente: “el 30,5 % de la población andaluza sufre de pobreza. El 4,5% de los andaluces vive bajo la pobreza severa. El 7,8, bajo pobreza alta y el resto, el 18,2 por ciento, pobreza moderada”. Otro record más: Andalucía está entre las cinco comunidades donde hay mayor pobreza en nuestro país y donde menos desarrollo económico y oportunidades existen. ¿Se merece nuestra tierra seguir en esta situación? La pobreza es pues unos de los distintivos más significativos de nuestra Región. Probablemente alguien me dirá que no. Que también tenemos el jamón y la cervecita y las tapitas y un tiempo muy soleado, tan soleado, que las principales ciudades europeas estaban a rebozar de turistas en los meses de verano y Sevilla y Granada y Córdoba y Jaén… estaban vacías. Amo a esta tierra, porque aquí nací y sigo trabajando por ella con muchísima ilusión y ganas, por tanto, no me permitiría nunca hablar de ella en vano, pero veo Andalucía cada vez más cansada, como una señora que ha envejecido mal y encima no sabe maquillarse. Una vieja actriz que espera angustiada que termine el espectáculo y se cierre el telón para descansar. Cada generación tiene la suerte que se merece. ¿Qué habrá hecho está generación para merecer tanto atraso y tanto inmovilismo? Quizás los andaluces no somos capaces de reflexionar sobre la realidad de nuestra situación, embelezados como estamos, en un chovinismo que no aparta los ojos del ombligo y no entiende que la calidad de vida no se mide por las cervecitas que uno se toma al día. Quizás los políticos de turno no son capaces de explicarnos que está pasando o bien su explicación no llega más lejos de darle la culpa a…. cualquiera. Se estima que 300.000 hogares andaluces tienen todos sus miembros en paro. A veces viene hasta la duda que sea verdad. ¿Estarán cobrando el PER y por eso callan? Si no, entre tanta pobreza y tanto paro, no se entiende como no estalle un conflicto social de ciertas dimensiones. Claro que si los que tienen los instrumentos y el poder para sacar a la gente a la calle son los sindicatos, esperen ustedes sentados.
Manuel Bellido