Unos trazos para que vuele el espíritu

A veces vuelvo a coger papel y lápiz y dibujo. Me inicié en esta placentera labor en mis años jóvenes, cuando vivía en Florencia. De aquella época conservo solo un cuadro que está colgado en la habitación de mi hija. Es un lienzo pintado con acrílico, pintura de secado rápido, que usaba en aquellos primeros años. Es un naif en toda regla, de vivos y brillantes colores lleno de ingenuidad y espontaneidad, que representa una ciudad donde las casas apenas tienen perspectiva y sus volúmenes están plasmados solo con la intuición. Dibujo por el mismo motivo que escribo. Algo me empuja constantemente desde dentro al acto creativo. Mi mirada no descansa nunca, observa siempre, y en el dibujo o en el escrito reflejo lo que mi espíritu comprende, asimila y elabora. Escribir o dibujar es un gesto, es trazar un signo en el espacio exterior, a la vista de otros, darle una dimensión a una idea, a un sentimiento o a una emoción. Es sacar del alma algo que no es todavía ni objeto ni concepto, sino algo espiritual que en el proceso creativo toma cuerpo. A menudo en mis paseos por el campo observo la naturaleza, me embobo contemplando sus ritmos vitales, sus formas, sus proporciones exactas y entiendo que el proceso creativo del artista tiene mucho que ver con la naturaleza. Cuando observo el horizonte y el abrazo majestuoso de las tierras y del cielo siento la sensación de lo imperecedero y de lo Eterno. También me sucede cuando, con estupor, miro el baile de las olas en la orilla y dejo de distinguir el agua y la arena y mi mente unifica en la mirada el espectáculo de la armonía. Hay algo en todo esto que el arte cuando es arte sabe plasmar. Es la belleza. Esa que tan difícil es hoy de encontrar en nuestras calles y en las manifestaciones culturales, llamémoslas así, de la sociedad actual. Hoy también volví a coger cartón y acuarelas, un paisaje se quedó en mi mente mientras conducía por la autopista en tierras extremeñas. El recuerdo se plasmó en un dibujo ingenuo que comparto con vosotros.