Sensatez intelectual

No paramos de hablar de economía en un intento por saber qué es lo que nos está pasando y que nos pasará en los próximas meses en España y en el mundo. De alguna manera es como si la certeza de cada análisis se convirtiera al mismo tiempo en trágica profecía. España se estanca: no crece en el tercer trimestre y esto quiere decir que la senda económica se sigue mostrando descendente. Europa, mientras tanto, se debate entre monetizar deuda periférica o romper el euro. Entre noticia y noticia se suman parados a las listas del desempleo, entre análisis y análisis se cierran unas cuantas empresas, entre declaración y declaración un sin fin de familias dejan de pagar la hipoteca. Letra a letra se compone un escenario de pesimismo que desborda. Menos mal que junto a la terrible crisis que nos atenaza surgen voces de hombres como la de Joaquín Leguina, que ayer tuve ocasión de escuchar, que regalan sensatez y sentido común. Son faros de luz frente a la pobreza intelectual de los dirigentes políticos del gobierno de España y Autonómico. Queda poco del mundo intelectual en la clase política, muchos de los ministros y consejeros son carentes de preparación cultural. Los intelectuales, en el mejor sentido de la palabra, representan el sentido común y la razón y los partidos políticos se muestran incapaces de tener en sus filas este tipo de personas. El poder político no comulga siempre con la expresión racional del servicio común. Si lo trivial, superficial y frívolo anida en la clase dirigente, las sociedades se vuelven viejas y mediocres. Esperemos que el nuevo presidente de gobierno escoja en sus filas ministeriales personas cultas y aptas para un diálogo inteligente, claro y respetuoso con la sociedad.