INTERVENCIÓN EN EL ACTO CONMEMORATIVO DE LA AGENDA 2030 EN LA FUNDACIÓN MAS

Solo 5 años nos separan de 2030, año que fijaron la mayor parte de los países del mundo (excepto Irán y Turquía) para alcanzar los ODS, Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030

Yo tuve el privilegio de estar allí el 25 de septiembre de 2015 en Naciones Unidas, constatando como 193 países expresaban con esa firma la aceptación de la Agenda 2030. / 17 GRANDES DESEOS, así definí yo a los 17 ODS con sus 169 metas. Grandes deseos, de salvar el mundo en un plan de acción no vinculante.

La comunidad humana que había visto como los Objetivos del Milenio (2000 – 2015 no se habían cumplido, volvían a esperar, pensando que estos ODS si habrían podido avanzar en la lucha contra la pobreza, el hambre y el cambio climático, optar por un consumo y una producción responsable y lograr la paz, por nombrar algunos de los ODS.

La Agenda 2030 fue creada sobre una propuesta moral, sobre un conjunto de valores basados en la dignidad de la persona y en los derechos humanos (derechos económicos, sociales, civiles, políticos, culturales, etc.).

Colocaba y coloca la igualdad y la no discriminación en el centro de sus esfuerzos. Buscaba y busca asegurar que nadie se quede atrás y que estos valores universales sean promovidos y protegidos en todos los niveles de la sociedad.

Estos 17 Objetivos o 17 grandes deseos o aspiraciones, centran el foco en 5 áreas: las personas, el planeta, la prosperidad y la paz y las alianzas.

Siempre los he considerado objetivos utópicos. Si los cumpliéramos viviríamos en una sociedad ideal y perfecta, algo difícil de alcanzar en las circunstancias actuales. Sin embargo, como toda utopía pone en evidencia las deficiencias y los problemas de la sociedad real y al mismo tiempo inspiran para buscar la senda de una sociedad mejor.

Es importante destacar que la Agenda 2030 es un programa neutral desde el punto de vista político, a pesar del continuo intento de IDEO-LO-GIZARLA. (No digamos aquí en nuestro país).  

La Agenda es política pero no partidista, ya que este acuerdo adoptado por unanimidad representó un compromiso por parte de todos los colores políticos presentes en la ONU con el objetivo de mejorar el mundo.

Mi opinión como cristiano, como católico, que estaba allí invitado por el observador permanente en la ONU de la Santa Sede, me pareció percibir un posible alineamiento en algunos aspectos entre la Agenda 2030 y la Doctrina Social de la Iglesia.

Vivíamos ya y seguimos viviendo en un mundo que se rompe, en el que las desigualdades son cada vez mayores, donde la emergencia climática es cada día más urgente, las guerras cada vez más inhumanas, los movimientos migratorios no hacen más que multiplicarse; una larga lista de cicatrices por donde sangra nuestro mundo.

Pues bien, muchos de estos objetivos me recordaban algunos elementos fundamentales (por ejemplo) de la encíclica de Leon XIII, Renun Novarum con su potente mensaje social o de la Laudato sí de papa Francisco, que firmó el 24 de mayo de 2015, es decir meses antes de la firma de la Agenda 2030 y que habla de la sostenibilidad y del cuidado de la casa común.

Quiero aprovechar para poner de relieve que la Iglesia está de acuerdo con la mayoría de los objetivos y metas de la Agenda 2030, y en ningún momento se ha subestimado la relevancia de los temas tratados en dicha Agenda, aunque se siente en la obligación de hacer algunas observaciones, cuando se habla, por ejemplo, de salud sexual y derechos reproductivos -la salud es un corolario del derecho a la vida y no puede incluir el acabar con la vida de una persona-. Por otra parte, se inclina más hacia desarrollo humano integral que al solo desarrollo sostenible. También se inclina más hacia en subrayar la promoción de mujeres y niñas frente al llamado empoderamiento -para evitar una visión desordenada de la autoridad como poder-.

Reconoce el mérito que supone una iniciativa que aúna la voluntad de los gobiernos de 193 países de la ONU. Tanto la Agenda 2030 como la Doctrina Social de la Iglesia comparten un mismo punto de partida: poner a la persona en el centro.

Pero como señaló Papa Francisco en su intervención en la ONU: «los compromisos solemnes no son suficientes, aunque son un paso necesario hacia las soluciones». En este sentido afirmó que «debemos evitar toda tentación de caer en un nominalismo declaracionista que tranquilice nuestras conciencias» y nada más.

A 5 años de que lleguemos a la meta mi opinión personal es que nos encontramos ante una encrucijada, tenemos que decidir si rendirnos o acelerar. Ese es el quid de la cuestión.

Hay algo que alimenta mi esperanza y es el trabajo de las empresas. Yo diría que en esta historia es el actor que más está desarrollando y cumpliendo en su actividad los ODS.

Desde la CEA estamos constatando (por poner ejemplos) como las empresas optando por la sostenibilidad mantienen la competitividad y de hecho los que han optado por la transición ecológica están mejorando conjuntamente sus condiciones económicas y por consiguiente sus beneficios y es que una parte significativa de los consumidores está a favor de la sostenibilidad, (la ha asumido), las empresas responden.

   Según un estudio que he realizado recientemente con una muestra de 1000 personas, el 80% considera – la sostenibilidad importante para sus decisiones de consumo – y tres de cada cuatro consumidores presta atención al comportamiento sostenible de las empresas. – 9 de cada 10 está dispuesto a pagar más por productos sostenibles. Los jóvenes prestan aún mucha más atención a este aspecto.

En líneas general al ritmo actual en España solo el 17% de los ODS monitoreados se alcanzarán en la fecha límite.

En el mundo la situación es catastrófica. Muchos ODS están estancados o retrocediendo.  Este es el panorama:

  • En 2001 había 26 guerras hoy hay 50. *
  • La crisis climática sigue su marcha: en 2024 por primera vez el planeta superó el umbral de 1,5 grados centígrados. Poco se haciendo…
  • 1.100 millones de personas viven en situación de pobreza de los cuales 500 millones debido a los conflictos.
  • 300 millones sufren inseguridad alimentaria aguda, 27,7 millones de niños de 26 países sufren desnutrición aguda.  
  • 1 de cada cuatro persona en el mundo carece de acceso al agua potable.

Mi opinión es que no hay que perder la esperanza y seguir deseando que estos Objetivos se cumplan, haciendo cada uno nuestra parte. Los gobiernos y los estados del mundo tienen que hablar menos y hacer más. Hay algunos que presumen mucho y hacen poco.

 Las empresas, sin embargo, siguen trabajando, para crear empleo, (lo que elimina pobreza y hambre) siguen innovando, para mejorar la vida de la sociedad, y se adaptan para hacer más sostenible nuestro planeta.

Concluyo: el planeta es una barca en la que estamos todos, hay que seguir remando.

La única forma de avanzar es hacerlo juntos

Todos tenemos que estar a la altura de este momento con claridad, valentía y convicción

No necesitamos reinventar la rueda. Necesitamos poner la rueda en movimiento.

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com