La Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) y la Consejería de Transformación Económica e Industria han publicado los resultados del informe ‘El papel de los empresarios en la consecución de la Agenda 2030’, una encuesta para evaluar el nivel de implantación de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) en el tejido empresarial autonómico.
Ese documento sirve de punto de partida para el trabajo del Observatorio Empresarial para la Consecución de la Agenda 2030, que preside Manuel Bellido, miembro de la directiva de la CEA con alta vinculación con Naciones Unidas en materia de políticas de sostenibilidad.Thanks for watching!PUBLICIDAD
La encuesta recoge respuestas de 1.063 organizaciones de Andalucía, de las que 132 tienen su sede social en Córdoba. Entre las formas jurídicas, destacan las Sociedades Limitadas, los autónomos sin empleados y las Sociedades Anónimas; y el 72% de las empresas encuestadas se dedican al Sector Servicios.
En el cuestionario, se interroga a los representantes empresariales sobre su grado de conocimiento de la Agenda 2030, o las acciones concretas que desarrollan para aproximarse al cumplimiento de los ODS. Una lista que Naciones Unidas concretó en 2015 en 17 puntos, entre los que destacan el fin de la pobreza, el hambre cero, la educación universal de calidad, la igualdad de género, el acceso a agua potable, la acción por el clima o la producción energética no contaminante, entre otros.
Señor Bellido, desde que se configuró esa lista han pasado ya 6 años, ¿hemos renunciado ya a alguno de esos fines?
La Agenda 2030 es una hoja de ruta para todas las naciones que no puede dejar a nadie atrás. Es mi obligación ser optimista en este sentido y transmitir esperanza. Aunque debemos reconocer que la pandemia ha agravado la brecha de la pobreza y el hambre , no por ello podemos renunciar a conseguir estos objetivos.
Y sí me gustaría destacar el crecimiento de la concienciación de la sociedad civil respecto a la importancia del cuidado del medioambiente, la biodiversidad o la sostenibilidad. Es decir, queda menos tiempo pero no podemos ser agoreros, sino comprometernos todos para hacerlos cumplir.
¿La diferencia en los porcentajes de vacunación frente a la Covid-19 entre los países con mayores recursos y los que no los tienen no le parece un ejemplo de que estos objetivos nos importan solo cuando no vienen ‘mal dadas’?
Es un grave problema. Y hemos olvidado la justicia social y la igualdad porque definitivamente no es justo que haya solo un 2% de la población del continente africano vacunadas.
Pero también debemos ver iniciativas como la que está teniendo la Unión Europea para crear un fondo común que haga las vacunas llegar a estos países o la labor que está haciendo UNICEF en este sentido. Es decir, la actitud también importa.
La CEA apuesta ahora por el observatorio que usted preside. Va a ser el encargado de concienciar y vigilar a las empresas para que cumplan con los ODS. ¿Cuáles son las principales líneas de trabajo?
Estamos muy concentrados en la concienciación y divulgación de la Agenda 2030, para lo cual estamos realizando encuentros sectoriales, realizando macro encuestas o colaborando con ONG o instituciones como la Agencia Andaluza de Cooperación al Desarrollo. Y contamos con herramientas como los Diálogos OECA en CEA TV o la revista Papeles OECA.
¿Algo previsto en Córdoba?
En 2022 iniciaremos una gira por las distintas provincias de Andalucía y, por supuesto, pasaremos por Córdoba de la mano de CECO. Queremos reunirnos con empresarios de la provincia para marcarles la hoja de ruta y ampliar el conocimiento sobre los ODS. No descartamos tampoco la posibilidad de hacer algún foro abierto allí para avanzar en nuestra labor.
Hay más de 500.000 empresas operando en Andalucía y la encuesta El Papel de los Empresarios y Ejecutivos en la Consecución de la Agenda 2030 recoge 1.063 respuestas (789 hombres y 273 mujeres) del sector en Andalucía. De ellas, se extrae que el 78,5% de las empresas tienen conocimiento de la Agenda 2030 y más del 86% reconoce los Objetivos del Desarrollo Sostenible.
Parece que no es usted el único optimista: 65 de las empresas encuestadas creen que los ODS son totalmente alcanzables y la mayoría de respuestas se colocan en la posibilidad de que lleguemos a ellos…
Es que hay muy buenas prácticas por parte de muchas empresas, reconozco que algunas sorprendentes y desconocidas, por lo que ahí también va a ser necesaria un trabajo por visibilizarlas. Sin embargo, debemos ser conscientes de que se trata de una labor de todos: desde las instituciones hasta los particulares.
Esa es la premisa con la que nace este Observatorio, porque Javier González De Lara, presidente de CEA, está convencido de que si las empresas no se convierten en agentes sostenibles no serán, quedarán sin futuro.
Pese a que exista ese amplío conocimiento sobre su existencia (75,5%), son un 49% de las empresas encuestadas las que han puesto en marcha algún plan para alcanzar la Agenda 2030…
Creo que los datos son buenos, que casi la mitad de las empresas ya estén implementando políticas específicas para ser más sostenibles o contribuir en acciones de cooperación al desarrollo nos pone a otro nivel.
Es cierto que los cambios de modelo son costosos desde el punto de vista de la mentalidad empresarial y también pueden serlo desde lo económico, pero el 57% de los encuestados ya tiene identificado algún ODS en el que involucrarse y en más de la mitad de los casos se lidera desde la dirección de la empresa.
En Córdoba existen buenos ejemplos como COVAP, Bodegas Robles, el Hospital San Juan de Dios, Cordoplas o Teleplaca, entre muchas otras, son ejemplos de pasar ‘de la idea a la acción’ y de tener a equipos específicos dedicados para ser más sostenibles.
¿Y no se frustran esos empresarios cuando ven que desde el sector privado se están haciendo grandes esfuerzos y en la Cumbre del Clima de Glasgow celebrada recientemente, unos 200 países solo alcancen un pacto de mínimos que, además, no es vinculante?
Debo darle la razón, porque he seguido muy de cerca la COP26 y ha sido decepcionante, lo cual desanima a las empresas y a todo el mundo.
Lo que ocurre es que determinados países de occidente que han sido tremendamente contaminantes deciden ahora que quieren dejar de serlo, pero imponiendo además estas medidas a otros países que están en vías de desarrollo. Y quieren que las adopten de forma inmediata y, claro, esto es complejo.
No obstante, tengo la esperanza de que la sociedad civil y las empresas vayamos implementando la Agenda2030 y seamos nosotros los que impulsemos y casi forcemos a los países a ser más sostenibles. Aquí va a jugar un papel fundamental la colaboración público-privada.
Y una cosa está muy clara: el riesgo del planeta no es una broma, por mucho que digan las teorías de la conspiración.
Problema de todos y para todos, al fin y al cabo…
Está claro. El mundo no lo podemos cambiar, pero cada uno podemos cambiar nuestro trozo de mundo para hacer que lo global y común sea mejor.
