Siguen desembarcando sobre nuestras costas, vivos, medio muertos y muertos. Son los inmigrantes. Nos afecta a los andaluces, nos afecta a los españoles, pero es un problema de toda la Unión Europea. Es políticamente incorrecto decirlo, sin embargo, la verdad es que en estos años las grandes instituciones internacionales, sobre todo la Organización de Naciones Unidas y la UE, han afrontado este tema con gran hipocresía. No solo han ignorado la dimensión internacional del problema, sino que han dejado la solución en manos de los gobiernos de los países afectados que lo único que han hecho es poner parches sin encontrar soluciones. Y el caso español, además, agravado por los “efectos llamada” que se han producido durante las últimas legislaturas del gobierno de Zapatero. La izquierda española no ofrece razones, mas nunca ha querido poner freno a la inmigración con las consecuencias gravísimas de mantener centros de acogida a rebozar, clandestinidad difusa por toda la península y situaciones inhumanas. Gente que llega con hambre, con falsas esperanzas y casi sin identidad, ya que han tirado por la borda de la patera cualquier documento que pudiese hablar de su origen, de su nacionalidad o de su edad. La única manera de impedir esas situaciones no es echarlos después de todo lo que han sufrido durante esas trágicas travesías, sino impedir que partan en origen, explotados por las mafias. La ONU en estos años ha ido apelando a que no se podía frenar esta inmigración en origen, ya que se habrían castigado los derechos de posibles exiliados políticos que huían por otros motivos. Actitud algo hipócrita cuando se sabe que, desde la ONU, no se ha movido un dedo – o se ha hecho demasiado poco- para ayudar a esa gente desesperada que vive en países africanos gobernados por dictaduras antediluvianas.
Las historias y las experiencias de inmigrantes subsahariano son de un dramatismo escalofriante. Son tragedias. La manera inteligente de hacer algo por ellos es ayudar a estos países en el camino de la democratización y poner las bases de un desarrollo económico en el corazón de África, libre de influencias coloniales y evitando la gigantesca corrupción que desvía las ayudas financieras occidentales a manos criminales. ¿Servirán las elecciones europeas para que la UE se decida a buscar soluciones internacionales a un problema internacional? Otro motivo para votar.

por @mbellido

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