Ayer escuché a un profesor que afirmaba que la existencia del futuro es la única razón de ser de la educación y creo que tenía razón. Hay muchos futuros posibles y de cómo lo soñemos y nos preparemos, así será el resultado. Por eso estoy convencido que no solo es importante arropar a los hijos y ayudarlos en sus años de formación, es primordial seguir y echarles una mano inteligente en el momento de dejar la etapa estudiantil para afrontar la laboral.
Para asegurarnos de que partan con buen pie, después de terminar el curso de formación profesional, la licenciatura, el doctorado o el master, no basta con darles buenos consejos o ponerles un cheque entre las manos para el primer “empujón”, para que aborden desahogadamente los primeros tentativos de la nueva etapa laboral. Para ponerlos en las mejores condiciones de empezar el camino profesional sería muy constructivo y útil que hicieran unas buenas prácticas fuera de la ciudad donde residen. Teniendo en cuenta carácter e inclinaciones de cada uno, habrá que ponerlos en disposición de que hagan estas prácticas en un lugar u otro. Seguramente, si el carácter es algo “agresivo” y arrojado quizás puedan encontrar óptimas ocasiones haciendo unas buenas prácticas en Nueva York y realizando alguna visita a Dubai. Desde luego, si su carácter es un poco tímido o poco dispuesto a cambios radicales en su vida, es probable que si fuese a Shangai se encuentre como un pez fuera del agua. Quizás en Dublín o en Madrid puedan adaptarse mejor. Pese a que cada vez más la globalización estandariza al mundo desarrollado, las capitales mantienen características especiales a la hora de afrontar los negocios, la vida social y el trabajo en general.
Lo cierto es que para aspirar a mejores horizontes, mejores sueldos y mejores posiciones profesionales es imprescindible salir del ámbito natural y afrontar nuevas experiencias en ambientes distintos, con culturas y estilos de vida diversos. Después pueden volver con un buen bagaje de experiencias y un buen CV que les ayude a alcanzar la realización vocacional y el éxito.
Si los beneficios que el turismo aporta para el desarrollo de las personas son extraordinarios, imaginemos lo que puede significar hacer una experiencia de trabajo en otro lugar diferente. Se trata en definitiva de sumergirse en una experiencia de intercambios culturales, intercambios de visiones y nociones que producen madurez en el crecimiento de las personas. Casi siempre se detecta, entre un grupo de personas, por su manera de hablar y por su apertura mental a quien ha tenido oportunidad de viajar en la vida. La filosofía de vida es distinta en cada caso. Luis Rojas Marcos lo sintetiza estupendamente: “Viajar es una buena forma de aprender y de superar miedos”.

por @mbellido

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