Se encienden ciertos canales de TV y se tiene la sensación de que ha desaparecido de nuestra sociedad el respeto por el misterio. Todo lo que aparece es explícito porque todo es material.
Echo en falta la dimensión espiritual. Se ignora, se hace como si no existiera, quizás, por aquello de que es imposible controlarla, medirla o poseerla con el dinero. Falta la dimensión de lo infinito y de lo eterno. Parece que la sociedad ha perdido el respeto a todo, todo es susceptible de guasa, incluso de sarcasmo. No solo parece no existir nada de trascendente, es que no existe ni siquiera el largo plazo. La sociedad elimina el horizonte de las propias acciones y solo en algunos ámbitos se detecta la sensibilidad de trabajar para que otras generaciones no encuentren una Tierra despedazada y una sociedad sin valores.
Me pregunto si alguna vez indagamos en nuestro interior sobre qué mundo queremos para nosotros y para nuestros hijos. Con la crisis hemos visto el fracaso de una economía aplicada como objetivo de intereses de pocos en lugar de instrumento para el bienestar de muchos.
¿A quién compete verdaderamente la responsabilidad de proyectar desde los medios de comunicación un mundo más verdadero, más humano, más constructivo? No es seguro demanda de la audiencia. La audiencia se traga lo que le dan y, hoy por hoy, se da mucha apariencia, vanidad y, en definitiva, vacío. Ese no es el mundo en el que quiero vivir.

por @mbellido

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