Creo sinceramente que el actual desasosiego que invade Europa y que paradójicamente es común a los ricos alemanes y a los pobres griegos, sean los primeros movimientos hacia  un proceso de construcción europea más solida que hasta ahora han eludido muchos gobiernos y partidos y en el que los europeos han ido dejando de creer.

Algún político se ha decidido finalmente  a declarar recientemente que la salida final de esta crisis será la unión política europea. Nadie se atreve a especificar cómo, pero para quien tiene cierto conocimiento de cómo funcionan ciertas lógicas en política no es difícil de imaginar.

Desde que empezó la  crisis en Europa, no hubo una única solución económica, sino que hubo un caos de diecisiete intentos de soluciones, que lo único que produjo fue complicarlo todo aún más. Ahora debido a que el empeoramiento de una crisis provoca una emergencia en nombre de las cual se imponen a los gobiernos y al pueblo ciertas normas que de otro modo no aceptaría, se comienza a reaccionar.  Lo que Merkel está pidiendo a muchos países europeos no es tan descabellado; dejar de gastar lo que no se tiene y poner orden en las cuentas de los Estados  no es un despropósito, es lo primero que habría que haber hecho.   Cuando a una nación se la empuja al borde del precipicio es fácil obtener lo que se quiere y eso es lo que está sucediendo con muchos de los países más afectados. Pero es una pena que hayamos tenido que llegar a este extremo.  La gangrena se estaba extendiendo tanto que había ya que cortar por lo sano. Si en 2007 se hubiera tomado conciencia de lo que se nos venía encima y se hubieran aplicado medidas serias ahora no estaríamos así.

Poco a poco se ha ido perdiendo la soberanía nacional en los países de la UE y seguramente terminaremos perdiéndola del todo. ¿Pero en manos de quién está ahora? Mucha gente tiene ya la impresión de vivir en un mundo ambiguo con el que no se identifica, que no le pertenece y que no controla, un mundo que cada vez más sirve a los intereses egoístas de algunos políticos, de los más fuertes y de los señores invisibles de  las finanzas; un mundo que parece considerar poco o nada los intereses de las personas. Un mundo en el que incluso aquellos que un día nacieron para  defender a los trabajadores o a los ciudadanos ahora solo defienden las subsistencias de sus organizaciones y de sus cuadros de poder.  Los europeos se están cansando de que se maree tanto la perdiz, los europeos se están cansando de la falta de liderazgo en Europa, los europeos se están cansando de la desmemoria de los políticos sobre nuestras raíces, los europeos se están cansando de esta larga espera de una real Unión Europea, con un poder institucional único que mire por el bien de todos.

La estabilidad económica en Europa volverá cuando las reglas del juego estén claras. Cuando más se retrase esta unión más arriesgamos que la crisis se convierta en crónica y que “iluminados” como Artur Mas  siga enredando y confundiendo para llevar a los catalanes a un flotador salvavidas donde solo caben unos pocos.

por @mbellido

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