El silencio se va adueñando poco a poco de las calles de Turquía y se multiplica la imagen de esa protesta silenciosa iniciada en la plaza Taksim por el coreógrafo Erdem Gunduz. En Estambul se han visto esta mañana decenas de personas, inmóviles, en silencio, como el hombre que ayer había estado durante ocho horas en pie, sin moverse, para expresar su rebelión no violenta contra la furia de la policía turca. He visto fotografías de estas manifestaciones también en la ciudad sureña de Adana, en el este de Izmir. Centenares de personas, de pie, inmóviles en medio de espacios públicos, expresando su protesta.
Ayer, el primer ministro Recep Tayyip Erdogan, que ha sido acusado de llevar a cabo una violenta represión de los manifestantes, anunció triunfalmente que había puesto fin a la crisis, haciendo hincapié en que la democracia turca «se volvió a poner a prueba y salió victoriosa.» En casi tres semanas de protestas, cuatro personas murieron, más de 7.500 resultaron heridas y cientos fueron arrestadas.
#duranadam, hombre en pie. Erdem ha demostrado la eficacia de una protesta pacífica que no tiene que recurrir a la violencia para hacerse notar. Como decía ayer Anna Conte en su blog, Erdem nos ha recordado que ante cualquier adversidad, hay que estar “de pie” con la mirada puesta en un punto de referencia seguro.