En muchos de mis artículos en Agenda de la Empresa sostengo que sería interesante hacer estudios sobre el desarrollo emprendedor comparado entre regiones o países diferentes. Ahora pienso que no es mala idea echar un vistazo a los índices de recuperación de los otros países europeos y a continuación poner la mirada en los de España. Aquí llevamos siete trimestres consecutivos destruyendo empleo y cerrando empresas. ¿Lo más fácil? Echarle la culpa a la crisis en general. Sin embargo, cada vez se está demostrando con mayor nitidez que una cosa es el fracaso de los bancos y otra el de los gobiernos. En la España actual se hace cuesta arriba emprender, crear empleo y recuperarse porque, además de las dificultades que ponen lo bancos para prestar dinero al emprendedor, única fuente de empleo y riqueza, el gobierno no genera ni confianza ni ilusión. No lidera. El horizonte sigue lleno de nubarrones y la gente tiene miedo. Por otra parte, Europa no tiene ni unidad suficiente ni capacidad de respuesta global. El proyecto europeo parece estar atrofiado. No emergen líderes políticos como sí fue en sus comienzos, líderes capaces de impulsar su consolidación y su avance. La solución a muchos de los problemas domésticos nacionales sería una Europa fuerte y unida. Se siente la necesidad de que se produzca un cambio y en el ambiente se percibe que este cambio radical en nuestra manera de vivir podría producirse de un momento a otro. La gente está harta de pagar los platos rotos de desaprensivos gobernantes que solo piensan en mantener el cargo. Como una pescadilla que se muerde la cola, vemos que la corrupción desangra el sistema político mientras que el sistema financiero da la espalda a los ciudadanos para alimentar las bocas siempre hambrientas de partidos y sindicatos. Esto tiene que cambiar. Es inevitable. Habrá enfrentamientos sociales, problemas y me temo que hasta guerras nuevas, pero ya muchos en el mundo quieren un cambio. La esperanza, como siempre, está en la sociedad civil, pero no hay que olvidar que la desunión y el desánimo no son buenos compañeros de viaje. Y la demagogia galopante y el inmenso descontrol de gobiernos sin brújula, pero armados de medios de comunicación cuya tarea parece ser la de desinformar, mantienen anestesiadas a la ciudadanía. No se puede seguir dando cheques en blanco a la clase política para que nos dejen las naciones hechas un solar y a la mayoría de los ciudadanos con una mano delante y otra detrás. No lo olvidemos en las próximas elecciones, el voto es un arma, aunque sea en blanco.

por @mbellido

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