Crecer, crear riqueza y tener un impacto positivo sobre la sociedad es posible y así lo demuestran muchas de las empresas que aparecen en este Directorio empresarial de Andalucía 2017, esa herramienta útil y práctica que venimos publicando en Agenda de la Empresa desde hace 17 años.
Muchas de estas empresas han salido de la crisis más reforzadas. Si han podido salir pasando por grandes dificultades, incluso llegando a fracasar antes de salir del túnel, es porque han hecho del error la base del aprendizaje. Han transformado los errores en oportunidades, han abandonado la repetitividad y la rutina inmovilista para explorar nuevos espacios. En lugar de quedarse en la zona de confort de “lo que funciona no se cambia”, se han expuesto y se han atrevido, han arriesgado, han alterado el modo de hacer y pensar introduciendo novedades; es decir, han innovado.
No es fácil dar estos pasos cuando se vive en una sociedad que se resiste a salir de lo local y lineal porque para hacerlo hay que arriesgar. Sabemos que en esta decisión hay que poner pasión, visión, determinación y coraje, creatividad y persistencia, sentido de la oportunidad, autoestima y asertividad; características todas ellas del buen emprendedor.
También se trata de entender, por ejemplo, que la tecnología ya no evoluciona de un modo lineal sino exponencial, que cada día multiplica su avance y potencia con respecto al día anterior: estamos viviendo una época expansiva en el progreso planetario que nos lleva a nuevos paradigmas sociales y económicos.
Asistimos también a la expansión de una revolución donde lo colectivo y lo social tendrá cada vez más la primacía sobre lo personal e individual; una nueva conciencia se está desarrollando a través de una trama de relaciones entre los seres humanos que, sin duda, conduce a un futuro cada vez más global.
En este camino, podríamos avanzar mejor si fuéramos capaces de encontrar en los demás algo de nosotros y en nosotros algo de cada uno de los seres humanos que nos circundan, si fuéramos capaces de “reconocernos”.
Este encuentro de respeto, de diálogo y de colaboración es la chispa que hace nacer un “fuego”, ese que desde la prehistoria le ha procurado al hombre su dominio sobre la Tierra, y somos conocedores de que el mejor fuego es el que no enciende rápidamente y, sin embargo, perdura. Un fuego que bien cuidado alimentará la sucesión de oportunidades y conquistas.
Sumar, que es el elemento indispensable de la nueva cultura colaborativa, no es una fórmula, sino que es una actitud, un valor de la personalidad de los nuevos líderes, que son capaces de crear espacios de conversación y diálogo donde se puede fomentar y potenciar la interacción entre los miembros de un mismo grupo, entre colectivos distintos, distintas empresas, o entre naciones.
Esta actitud hay que inculcarla desde edad temprana, va potenciada desde las familias y desde los agentes educativos a todos los niveles para que los jóvenes puedan avanzar en la vida social y laboral con estos valores, y esto permita que un día, cuando dirijan empresas, instituciones o administraciones públicas, estén preparados y dispuestos a innovar y alcanzar grandes logros, sumando.
Manuel Bellido
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