Se ha marchado 2005. Un año más. Y con el paso de esa medida de tiempo, siempre repetida, se han acumulado luces y sombras, esplendores y miserias que no dejan de hacernos reflexionar. Nuestra sociedad vive actualmente situaciones que nos hacen a veces pensar que avanzamos hacia una niebla que no sabe qué prometernos, o vacío o futuro.

Esto sucede, por ejemplo, con los tantos casos de mujeres maltratadas. En 2005 más de 13.000 mujeres sufrieron en nuestro país lesiones por malos tratos y más de 60 murieron víctimas de la violencia de género. Aunque la presencia de numerosos casos en los medios de comunicación ha sensibilizado mucho a la opinión pública marcando un punto de inflexión a la hora de poner sobre la mesa el terrible drama de la violencia de género, poco o nada se está haciendo por buscar las raíces profundas del problema.

Otro fenómeno preocupante que vive nuestra sociedad en la actualidad es la violencia en los centros educativos, una realidad que está adquiriendo día a día una magnitud considerable con manifestaciones violentas entre escolares y contra profesores. La palabra ‘buling’ se ha colado en nuestras conversaciones y expresa esa realidad que están sufriendo en muchas escuelas niños y jóvenes. ‘Buling’ es una palabra anglosajona, que define los tratos infringidos de manera reiterada y deliberada a una persona por un agresor o varios agresores. ‘Mobbing’, ‘bossing’, ’buling’, son palabras que enriquecen, probablemente, nuestro vocabulario, pero que denotan que nuestra sociedad se está empobreciendo y embruteciendo a pasos agigantados.

A veces, la realidad oculta su verdadero rostro. Debajo de todo esto se esconde una profunda crisis social, cultural y familiar. Sí, la calamidad de los tiempos presentes es la ausencia de valores, un creciente individualismo y relativismo impregna la cultura dominante y genera actitudes incapaces de adoptar posiciones y asumir responsabilidades. Se abusa de los atajos para llegar a alcanzar la fácil felicidad y no se inculca el valor del esfuerzo en la formación de la persona. Ante el relajamiento legislativo de nuestros políticos, se siguen echando balones fuera, mientras se permite que desde los medios de comunicación de masa la contaminación se expanda. Los comportamientos no se improvisan, los niños no nacen sabiendo, se les enseña para que aprendan. Toda la sociedad es responsable de su formación. Si muchos salen violentos, al fin y al cabo eso es lo que ven a su alrededor. Madres y padres reflexionen. Señores políticos, tomen medidas.

por @mbellido

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