«Si mis compañeros me dicen ‘Alfredo tú no vales’, dejaré todo y me iré a mi casa. Son mis compañeros los que me pusieron, y los que me quitarán. Si lo hacen, me iré a mi casa libre de equipaje«, dijo ayer Alfredo Pérez Rubalcaba. «El día que me sienta sin fuerzas o sin apoyos, no dudaré». Así las cosas, el PSOE presenta signos de fatiga desde hace tiempo, complicados por las últimas derrotas electorales. Estas palabras de Rubalcaba ponen en evidencia las tensiones internas fruto de esta fatiga. Son tiempos muy difíciles para algunos partidos políticos que no logran liderar a la ciudadanía, ni ofrecer programas de gobierno creíbles, ni transmitir transparencia y vocación de servicio. Creo que los españoles debemos preservar una mirada fría sobre esta crisis de la política sin perder la calma pero sin eludir hechos que se vienen produciendo desde hace años y que hoy desembocan en estas situaciones. Los partidos tienen en sus primeras líneas muchos miembros y dirigentes cansados y esclerosados y, que por otra parte, no han sido capaces de renovar sus ideas, sus programas y su papel en la sociedad. Muchos políticos se han ido encapsulando en una gestión del poder cómoda, sin necesidad de rendir cuentas a quienes les habían votado. Criterios en algunos casos casi feudales, hegemónicos y reeleccionistas han llevado a algunos incluso a contagiarse de prácticas corruptas y prevaricadoras. Son significativos en este sentido los casos de corrupción que siguen pasando por los juzgados de toda España. Es la fotografía instantánea de una degradación que viene de lejos.
El reto consiste pues en cómo detener esa degradación. La erosión sistemática de muchos partidos proviene de una crisis de identidad, crisis generalizada de las ideologías políticas. El mundo cambia, la sociedad cambia y algunos siguen hablando de “ismos” utópicos como si vivieran en el siglo XIX. Incluso, por las contradicciones de sus discursos, dan a entender que la brújula que manejan se le ha desimantado. Me ha resultado curioso lo que ha dicho hoy el ex dirigente socialista Redondo Terreros: “El PSOE busca con mucha ansia el poder y olvida para qué lo quiere” Tiempos revueltos. Entre la fiebre independentista de Artur Mas, para camuflar su fracaso político, la deriva anti sistema de IU y la fragilidad en el principal partido de la oposición vivimos en un día a día delicadísimo. Ya se sabe que cuando cunde el miedo aumenta el riesgo de abrazar soluciones extremas que no construyen la verdadera democracia.