Con  la que está cayendo en estos tiempos todos estamos reaprendiendo a pensar la economía de un modo diverso; explorándola de manera imaginativa, sea en casa, en la empresa, o en las Administraciones públicas.  La crisis ha sido y sigue siendo pavorosa  y la necesidad ha obligado para sobrevivir a optar por reflexiones radicales sobre el mundo, sobre nuestro entorno, sobre los demás y sobre nosotros mismos y así poder tomar soluciones validas. Todos en algún momento nos hemos puesto  a pensar, más o menos profundamente, sobre nuestra relación con el dinero.

Nuestra sociedad  se estaba convirtiendo en ávida  y codiciosa, permeada por una cultura del poseer que hemos ido construyendo entre todos en las últimas décadas. Parecía normal   el deseo de enriquecerse a cualquier precio. Mientras tanto  la especulación financiera  producía  incontrolables efectos perversos. Parecía que todo estaba al alcance y privarse de antojos y caprichos, grandes o pequeños, costosos o no, era de tontos.    Es de Schopenhauer este pensamiento: “La riqueza es como el agua salada; cuanto más se bebe, más sed da”. Con esta crisis muchos que bebieron de esa agua salada y siguieron sintiendo sed, hoy atraviesan un desierto de escasez.

Riqueza y pobreza han sido temas recurrentes en el pensamiento del hombre desde que nació nuestra civilización. “¿Quieres ser rico? Pues no te afanes en aumentar tus bienes, sino en disminuir tu codicia” decía Epicuro de Samos. “La riqueza consiste mucho más en el disfrute que en la posesión” decía Aristóteles.

Pararse y reflexionar es necesario siempre. Hacerlo  hoy  sobre  nuestro modo de entender el factor económico es fundamental.  Considerar la economía solamente  como una parte de la ciencia fría y abstracta de los modelos matemáticos puede entristecernos y complicarnos. Meditar de vez en cuando sobre ciertos textos que hemos heredado del pasado, religiosos o filosóficos,  que han sido luz  para evitar que el hombre se enrede en los lazos invisibles del poseer, puede ayudarnos personalmente y colectivamente a vivir mejor y clarificar nuestro presente y futuro.

Se trata en definitiva, de no perder nunca de vista  el factor humano, el sentido de la justicia,  el valor de la solidaridad y la grandeza de ser por encima del poseer.

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com