Esa palabra es “mercado”, un término casi mágico, que está condicionando la vida de Europa  y de los europeos.  Como si se tratase de un dios, muchos  la escriben con mayúscula. Representa el bien y el mal de nuestros días. Cuando se pronuncia se hace con sumisión y respeto. Su fuerza  produce alivio o temor, dependiendo de la  lengua en que se pronuncie.  “Mercado” y su retoño “Prima de Riesgo” se están convirtiendo en los dueños de la vida de los europeos. Parece el  becerro de oro  que los israelitas fundieron para adorarlo porque Moisés  tardaba en bajar del monte. Es una especie de  ídolo de nuestros tiempos al que nada se le resiste y todo se le sacrifica, incluso vidas humanas.  Es maligno como las deidades más perversas del mundo griego,  los antiguos Nix, diosa de la Noche, y Tánato, dios de la Muerte. Como narran las leyendas, estos dioses aumentaban la fragilidad social y la desesperación  humana. Sin embargo, ni el “Mercado” ni su primogénita  “Prima de riesgo”  son dioses;  no son  siquiera fenómenos naturales como  el viento o la lluvia. Es un espacio dominado por potentísimos grupos de poder a los que, por cómo actúan, parece no interesarles  el ser humano. No son ilegales pero por el modo en que operan algunos, parecen carentes de conciencia y de escrúpulos porque no tienen en cuenta a las personas. Existe un modo de hacer economía, un orden social que resulta de la libertad económica, en la disposición y usufructo de la propiedad privada  sobre el capital,  como herramienta de producción; un capitalismo que sí mira al beneficio, pero también a las personas.  Ese si produce un verdadero desarrollo.  Este “Mercado” está produciendo brechas, división y confusión; emana una  luz falsa que esta cegando a mucha gente.  El mal existe y los frutos de estos tiempos no son precisamente ni de paz ni de progreso. Está claro, no  se recogen uvas de los espinos o higos de las zarzas. No es solo dinero lo que falta, faltan valores. Las  luces de advertencia se vienen encendiendo desde hace mucho tiempo. Habrá que pararse y decidir hacia donde queremos ir antes ede que sea demasiado tarde.

por @mbellido

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