Dos tercios de la población mundial no tienen acceso a estructuras y servicios quirúrgicos adecuados ni a costes sostenibles por esos servicios. Millones de personas mueren todos los años en el mundo por situaciones de salud que hubieran podido resolverse con una sencilla operación. Me refiero a fracturas, apendicitis o partos con ciertas complicaciones. He leído un estudio reciente donde se estima que el 48 por ciento de la población mundial, que vive en las zonas más pobres, puede disponer solamente del 19 por ciento de todos los quirurgos, del 15 por ciento de todos los anestesistas y del 29 por ciento de especialistas en obstétrica. Por citar un ejemplo, en África subsahariana el 93 por ciento de las personas no tienen ninguna posibilidad de ser intervenidos quirúrgicamente.
Sabemos que la Sanidad Española está entre las mejores de la UE.
En España no tendríamos que quejarnos y, sin embargo lo hacemos, y de manera catastrofista. Recientes estudios elaborados por OMS, la OCDE y la Comisión Europea muestran un magnifico sistema sanitario español por encima de la media, teniendo en cuenta uno a uno todos los indicadores. Por eso es difícil aceptar esas protestas que surgen a menudo, con eslóganes disparatados y poco veraces. Por eso es lamentable subrayar una y otra vez los denominados “recortes” que por supuesto, no lo han notado los usuarios. Es una lástima tanta demagogia y tanto debate sobre nuestro sistema sanitario empleado no para presumir y mejorarlo sino como arma política.