Las inundaciones producidas en el norte de Pakistán, las peores registradas en los últimos 80 años, han provocado una grave crisis humanitaria que ya afecta a 15 millones de personas; 7,5 millones son niños.
Los brotes epidémicos relacionados con la falta de agua potable, como la diarrea y el cólera, amenazan seriamente la vida de millones de niños. Las lluvias torrenciales han destruido un gran número de infraestructuras, incluidos pozos de agua potable, estructuras de saneamiento, hospitales y escuelas. Millones de personas necesitan urgentemente refugio, alimentos, agua y atención sanitaria.
Los próximos días son críticos para asegurar la supervivencia de la población.