“Los muros, sea los de cemento, como los que nos construimos en  la cabeza, se pueden superar” Es el mensaje que escuchamos ayer en Berlín, un mensaje que muchos millones de personas en el mundo quieren compartir. Las palabras de Angela Merkel  eran muy convincentes: “La caída del muro ha demostrado que los sueños pueden convertirse en realidad…”

En la Puerta de Brandeburgo, 25 años después, se sentía y se veía que el tiempo había pasado. En lugar de la marea humana; la que festejó durante aquella noche histórica la caída del muro, esta vez había una muchedumbre serena que celebraba con solemnidad la memoria personal y el hecho histórico.

Yo que tuve ocasión de atravesar aquel muro varias veces en aquello años y encontrarme con la dura realidad que  vivían los ciudadanos del Este, poder celebrar este momento, ha supuesto una gran emoción y una gran esperanza.  El anhelo de que otros muros por muy altos y diabólicos que sean también podrán caer. Por ejemplo el que Artur Mas y sus compañeros independentistas de viaje están levantando a marcha forzada en Cataluña. Artur Mas con su locura ha manchado de tristeza, de rencor y de malestar Cataluña y España.

El 9N ha sido el día de la vergüenza por el desafío insolente de Mas y por la pasividad judicial.

El 9N ha sido el día en que la más rastrera exhibición  demagógica  ha alcanzado proporciones obscenas. Nos han llenado los oídos con frases como esta: “todo se está desarrollando de manera «cívica, pacífica y democrática», “una fiesta de la normalidad”, etc…  Frases que me han recordado una experiencia que viví hace años. Un señor, bien vestido tropezó ligeramente conmigo por la calle, y muy educadamente me pidió excusas, me saludó cordialmente y se despidió saludándome  con una elegancia refinadísima… Eché a andar y a los pocos metros instintivamente introduje mi mano en el bolsillo interior de la chaqueta. Lo habréis imaginado: me había robado la cartera con tanta “paz, civismo y educación”

Mas sigue ofreciendo el paraíso terrenal tras la independencia y para embaucar no tiene ningún reparo en mentir.  Por el eso el 9N fue también el día de la mentira. ¿Quién va a creerse que a las 13 horas ya había votado 1.200.000 personas? Sorprendente, ¿verdad? Había solo 1.317 locales para votar. Una participación de estas proporciones habría que considerarla record Guinness.

A ver si alguien se decide a decirle a este señor que deje de mentir. El censo electoral oficial de esa Comunidad autónoma es de 5.400.000 personas. Las estimaciones de ese  censo ampliado del que hablaban (mayores de 16 años y extranjeros) elevan esta cifra a un millón más, de tal forma que en la “farsa” de consulta que han llevado a cabo habría participado solo  un treinta por ciento de la población llamada a las urnas.

Cataluña no quiere la independencia señor Mas, la quiere usted, sus compinches y la gente a las que habéis engañado. Una operación destinada a que podáis  seguir calentando el sillón del poder que os queda.

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com