Para escapar de los estrechos horizontes en los qua veces, por una circunstancia u otra,  se ve confinada la existencia humana,  el ser humano usa la imaginación, alimentada por la intención de imitar a modelos de vida encarnados en personajes actuales o pasados. Gracias al desarrollo de la industria editorial, y hoy, con el avance de las nuevas tecnologías e internet, la sociedad dispone de un repertorio de modelos de vida y de existencias, extraídos de diferentes culturas y etapas históricas, que pueden modificar la manera de fantasear, pensar y hacer de las personas.

Hoy los modelos, buenos o malos,  desfilan a miles delante de nuestros ojos a diario gracias a los medios de comunicación, al cine y a la publicidad. No siempre ha sido así, en mis tiempos de adolescente, sin ir más lejos, además de mis padres, pariente y conocidos solo podía alimentar el horizonte de ejemplos a imitar por la literatura. Aún no teníamos TV y al cine solo se podía acudir de vez en cuando. Los personajes ejemplares dignos de admiración, eran reyes, héroes, santos, poetas, filósofos, personajes de ficción literaria o de comics. Una colección de nombres, que en mi caso,  fueron formando parte de mi bagaje, gracias a los libros que leía en la Biblioteca Municipal de Jerez, donde trabajaba mi padre y a la que yo acudía por las tardes.

Recuerdo que a los niños en aquella época a menudo se nos preguntaba: “¿De mayor quién te gustaría ser?” Aunque el conocimiento de la historia fuera escaso o conociéramos poco a los personajes que poblaban la actualidad  política, económica o científica, el metro para medir la calidad de estos personajes era más exigente.  La  lista del panorama actual  tiene mucho de “quita y pon”, son personajes que duran poco en el “candelero social” o bajo los focos mediáticos. Muchos de los  supuestos modelos actuales son frágiles, limitados,  “efímeros”, de poca profundidad  y poco transparentes,  sin embargo, deslumbran a muchos en consonancia con el ruido mediático que hacen. Han perdido o nunca han tenido verdadera autoridad y liderazgo, fuera de grupos restringidos.

Por otra parte conectar la propia existencia a otras existencias poco sólidas supone correr el riesgo de perder consistencia y transformar la imitación en factor menguante, en lugar de factor de crecimiento; en un nocivo instrumento de fuga de la realidad y parálisis de la propia voluntad.

Mientras hago  estas consideraciones me pregunto cuales son los modelos de referencia de alguno de los actuales dirigentes políticos y sindicales de nuestro país. ¿Quiénes serán los  personajes de referencia de Cayo Lara, Llamazares, Oriol Junqueras, Mikel Errekondo…?  ¿Cuántas vidas reales o imaginarias viven estas personas? Por ejemplo, tengo curiosidad por saber, después de escuchar algunos contenidos de sus discursos, si los  referentes de los dirigentes de Izquierda Unida en España son Fidel Castro, Hugo Chavez, Maduro, Kim Jong-un u otros dictadores  pasados o actuales.

Creo que intentar descubrir que es lo que comporta hoy imaginar otras vidas para vivir la propia es un buen propósito. Nunca está de más reflexionar sobre ello.

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com