Observo las estadísticas y los datos que el Banco Mundial proporcionó  en febrero de 2012; el número de pobres en los países en desarrollo se redujo de 1.937.830 personas en 1981 a 1.288.720 en 2008. Actualmente esta cifra se ha reducido aún más, se estiman 1.100.000 los pobres en estos países. Observando  estos datos, podríamos pensar, que a este ritmo y siguiendo una tendencia al alza, un día acabaremos realmente con esta pobreza extrema.

Liderando el camino para salir de la pobreza, se encuentran China y los otros grandes países del sudeste asiático en los que se ha venido observando un  impresionante crecimiento económico. Se piensa que a este ritmo, en 2030 la tasa podría caer hasta un 1 por ciento.

¿Pero cuáles son los países más pobres entre los pobres? Veamos por escenarios: En América Central: Haití, Nicaragua y Honduras. En América del Sur: Bolivia, Paraguay y Guyana. En África: Republica Democrática del Congo, Liberia y Zimbabue. En Asia: Afganistán, Nepal y Birmania. En Europa: Moldavia, Armenia y Georgia. En Oceanía: Islas Salomón, Fivi, y Vanuatu.

Este mapa de la pobreza está lleno de enfermedad y muerte; de escenarios donde deambula el hambre como un monstruo devastador. Por poner un ejemplo, me paro en la Republica Democrática del Congo, allí 950.000 niños sufren desnutrición aguda severa y el desarrollo del 43% de los niños está amenazado por la desnutrición crónica. Otro ejemplo, Bolivia: Según el Mapa de la Pobreza 2002 con base en información del Censo del 2001, el 59 por ciento de una población de más de 8.274.325 personas es pobre y el 24,4 por ciento vive en estado de extrema pobreza.

Ante una humanidad que vive un momento álgido de su historia, es necesaria una reforma económica y ética en los países ricos y es necesaria  la solidaridad desinteresada de los países desarrollados. De cuantas pamplinas, vanidades y crónica política estúpida  se nutre la actualidad informativa a diario acallando el grito de quien se muere desesperado por no tener un trozo de pan que llevarse a la boca. Es inamisible seguir dando tantos minutos en todos los telediarios, día tras día a la condena de un asesino o a un caso de corrupción. Hay árboles que no nos dejan ver el bosque.

La pobreza tendrá sus días contados si todos ponemos algo de nuestra parte. Responsables no son solo los gobiernos, los organismos internacionales y las ONG. Todos somos responsables. Muestra aportación es muy valiosa para que cada día más personas tengan acceso a una vida digna.

«No compartir  con los pobres es robarles y quitarles la vida«, decía recientemente Papa Francisco.

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com