Los sueños de los ángeles

Hace muchos años, Renata, una mujer ya mayor que tuvo en la etapa juvenil de mi vida un papel muy importante por el cariño y por la luz con la que alumbró mi crecimiento humano, me dijo un día despidiéndose después de haber compartido un rato de conversación: “que esta noche tengas un sueño de ángel”. No recuerdo si aquella noche soñé o no. Lo que sí recuerdo es que nunca olvidé ni la frase ni tampoco mi curiosidad por saber qué soñaban los ángeles. Cada encuentro con ella era una lección de vida. Amaba la física, la química y quería descubrir la intima esencia de las cosas. La encontró en Dios al que entrego su vida dedicándola a los demás. Vivió una maternidad espiritual sin límites. Ayudó a infinidad de personas y siempre dejó una huella en todo aquel que la conoció. Me acompañó en algún momento doloroso, y en otros felices. Después de una operación que me hizo permanecer en el hospital más del tiempo previsto estuvo muchos momentos a mi lado. Hoy por lo especial de la fecha, acude otra vez a mi memoria y a mi corazón la felicidad de una sonrisa que siempre estuvo presente en su rostro.
Renata murió el 27 de febrero de 1990 y aquella noche soñé con ella. Esta noche también lo hice. Ahora sé como son los sueños de los ángeles.