Una sociedad que lee es capaz de emanciparse desde el punto de vista cultural, económico, social, personal y colectivo. Un pueblo emancipado y maduro es capaz de influir en la política y promover cambios.  Como decía Emerson, en  muchas ocasiones la lectura de un libro ha hecho la fortuna de un hombre, decidiendo el curso de su vida. Cuantas oportunidades perdidas en un país que lee todavía tan poco.

Aunque la cifra de lectores en nuestro país aumenta, lo hace muy lentamente. La fotografía de nuestro país  es significativa, entre lectores y no lectores El número de lectores de libros en España alcanza cerca  del 62% de la población mayor de 14 años. Leen más las mujeres, los jóvenes, la población del centro y del norte  y aquellos que tienen estudios; de hecho el nivel de estudios sigue siendo un factor determinante en el hábito lector. El porcentaje de lectores es mayor entre la población con estudios superiores.  La población que mira la TV es inmensa, la que se conecta a Internet en aumento, la que compra libros y los lee es inferior.  El libro digital tampoco ha incrementado el número  de lectores. Hoy lo usan solo un 5,8% de los lectores y se han vendidos ya cerca de un millón de aparatos. El 58% de la población de España mayor de 14 años lee en su tiempo libre y el 28,8% de los españoles lee todos o casi todos los días. Los españoles en general prefieren leer en casa. Un 30% de los lectores madrileños afirma leer en el transporte público, lugar que es elegido por el 22% de los catalanes. Las distancias en las ciudades hacen que se aproveche el tiempo mientras se viaja en los transportes públicos. Si se les pregunta a los españoles que le motiva a leer, la respuesta es clara, el entretenimiento sigue siendo el principal motivo de lectura de libros. Las casas de los españoles, casi todas, tienen estanterías repletas de libros; libros que no siempre han servido para algo más que para rellenar los espacios del mueble del salón. Ya se sabe que aunque los libros no se han hecho para servir de adorno,  sin embargo, nada hay que embellezca tanto como ellos en el interior de un hogar. Un hogar sin libros es como un cuerpo sin alma decía Cicerón y el escritor italiano, Carlos Dossi escribió una vez: “nunca escribo mi nombre en los libros que compro hasta después de haberlos leído, porque sólo entonces puedo llamarlos míos”.

Los libros de mi biblioteca están llenos de anotaciones, de líneas y flechan que  subrayan frases que me han aportado conocimiento o placer; garabatos vitales que me ayudan a no olvidar.  No puedo remediarlo, desde que hace años me infecté de su afición, no puedo dejar de leer un solo día. Lo confieso, soy adicto. Además, tengo que darle la razón a  la escritora neozelandesaKatherine Mansfield, “el placer de leer es doble cuando se vive con otra persona con la que compartir los libros”

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com