La muerte de un periodista

Me acaban de decir que ha fallecido Pablo Lizcano, a los 58 años de edad, después de una larga enfermedad. Pablo estaba casado con la periodista Rosa Montero. Nació en Madrid en 1951 y había recorrido una excelente trayectoria profesional. Lo conocimos en el programa «Autorretrato», de Televisión Española, un programa de entrevistas a personajes de actualidad. Estuvo también en Telemadrid, en la Cadena Ser y Cambio 16. Últimamente colaboraba con El País. Una noticia triste que añadir a otra que nos sacudió a finales de abril con la muerte del periodista donostiarra Javier Ortiz. Nos dejaba después de una parada cardio-respiratoria a los de 61 años. Columnista del diario Público, nos deja una docena de libros, miles de artículos y unas ganas inmensa de recorrer mundo, de curiosear y de contar. Dejó escrito en su blog su propio obituario. Cada vez que muere un periodista se apaga una voz, pero se amplifica un eco que se cuela por todos los rincones del planeta. En 2008 murieron 66 periodistas por ejercer su profesión en el mundo, 93 fueron asesinados en 2007 y 100 en 2006. Todo esto nos recuerda que la lucha por la libertad de expresión nos corresponde a todos. Sin ella estaríamos condenados a la opresión.