La ley de la Vida

Todos sabemos que la evolución biológica es el acumulado de transformaciones a través del tiempo, que ha originado la diversidad de formas de vida que existen en nuestro planeta a partir de un antepasado común.
La sociedad y el mercado se están convirtiendo cada vez más en una maquinaria darwiniana que tiene el poder de seleccionar, ampliar, potenciar o eliminar determinadas invenciones. La evolución tecnológica avanza, cada vez más rápidamente, impulsando y conquistando éxitos en el campo energético, en el del medio ambiente, en las ciencias, comunicación, medicina, farmacia y en aparatos para el uso domestico. Algunos ejemplos últimos de estos avances son el bastón para enfermos de Parkinson , el redescubrimiento comestible para proteger productos pesqueros, abonos químicos revestidos con microorganismos, micropartículas para su uso como vacunas, envases a prueba de microorganismos, calzado con control de temperatura interior, encendedor con energía solar, sistema de unión de palas partidas para energía eólica… etc., etc., etc.
En los próximos años veremos redes de sensores sin cables, nano-células solares, imágenes moleculares, criptografía Quantum, ingeniaría inyectable de tejidos, el software más sofisticado… Todos esos inventos más fuertes dejaran obsoletos infinidad de otros sistemas.
La sociedad del conocimiento se hace camino como un tsunami. Avances y descubrimientos nuevos protagonizarán nuestro inmediato futuro. Una verdadera revolución que se llevará a cabo irremediablemente. Sólo un Humanismo tecnológico cargado de valores podrá armonizar este avance y ponerlo al servicio de los seres humanos y de la Tierra que nos alberga.
Es el reto de las próximas décadas. Estudiar la evolución y la historia de la Humanidad podrá darnos clave para afrontar el futuro. Un Ley natural sustenta la Vida. Ir contra ella sería nuestra perdición, seguir sus cauce nuestro progreso y salvación.