Nos guste o no, en términos económicos Andalucía sigue situada en un escenario de incertidumbres. Yo soy de los convencidos de que estamos saliendo de la recesión pero también de que aún seguimos padeciendo las consecuencias de esa terrible crisis que nos ha atenazado en los últimos años. El paro que sufrimos y las miles de empresas que han tenido que echar el freno a su actividad en nuestra Autonomía son la prueba. Al mismo tiempo, doy fe, desde este observatorio privilegiado que es Agenda de la Empresa, de que buena parte del empresariado andaluz ha trabajado en estos años terribles con ahínco para mantenerse en pie, sobrevivir y, en muchos casos, hacer de la crisis un trampolín de lanzamiento para crecer, innovar, salir al exterior y crear empleo. De la misma manera, sigo observando que la mayoría de estos andaluces y andaluzas con vocación emprendedora están dispuestos a asumir nuevas y grandes responsabilidades.
En esta tesitura, considero que la Confederación de Empresarios de Andalucía, cuyo fin primordial es la defensa y representación de los intereses empresariales ante los poderes públicos y la sociedad en general, quiere, en estos momentos delicados, con independencia política, seguir dando cauce a dicha representación, como voz autorizada y realista del sector productivo de la economía.
Tras la toma de posesión de Susana Díaz como presidenta de la Junta de Andalucía, el presidente de la CEA, Santiago Herrero, acudió a San Telmo en una primera toma de contacto. A la salida de esa reunión, Santiago Herrero señalaba que había mostrado a la presidenta «la máxima vocación de colaboración, sobre todo respecto a la creación de empresas y el apoyo al tejido empresarial», añadiendo que se había ofrecido a «definir de forma conjunta las políticas de apoyo a la empresa y a su extensión e implantación».
Esta mano tendida de Santiago Herrero en representación de los empresarios andaluces hacia la nueva presidenta de la Junta de Andalucía es la mejor respuesta a la declaración que Susana Díaz realizó durante su toma de posesión, afirmando que «se va a dejar la piel por las empresas».
Estamos hartos de repetirlos: nada será igual después de esta crisis y desde el tejido empresarial se es consciente de que hay que abordar las reformas estructurales necesarias para conseguir crecimiento y empleo. La pelota está en manos del nuevo ejecutivo andaluz. Nos gustaría acreditar que estas declaraciones son más que palabras, ver como en los próximos meses esta colaboración echa a andar, comprobar que Administración, empresarios y sindicatos ponen toda la carne en el asador y que, en un contexto de lealtad y posibilidad de diálogo y acuerdo, trabajan seriamente para evitar que Andalucía siga en el vagón de cola de la economía española.
La Junta de Andalucía tiene que convencerse que los cambios que están demandando los andaluces no podrán llevarse a cabo sin la empresa y los empresarios. Los retos son claros: hay que promover la creación de empresas que en definitiva es lo que produce riqueza y elimina listas de paro y, para ello, es necesario bajar el nivel burocrático de la Administración, incentivar a los bancos para que fluya el crédito, disminuir el nivel impositivo y promover la concertación como instrumento de estabilidad social. Lo hemos dicho en infinidad de ocasiones: sabemos por experiencia y así lo demuestran los países más avanzados que las economías con presupuestos equilibrados, impuestos reducidos y gasto público racionalizado son la mejor garantía para la generación de una sociedad desarrollada y próspera. Ese es el único camino al Bienestar Social.
Santiago Herrero en nombre del tejido empresarial ha tendido la mano, Susana Díaz ha prometido dejarse la piel. Confiemos en que ninguna de las partes nos defraude.
Manuel Bellido
bellido@agendaempresa.com