Últimamente he escrito mucho sobre tecnologías en crecimiento exponencial  y sobre esa ciencia que quiere dar respuesta a  los grandes retos que tiene actualmente la humanidad en cuanto a educación, energía, medioambiente, sanidad, pobreza…. Sin embargo, con algunos amigos, en estos últimos meses, también he hablado algo sobre el mutable acontecer político de nuestro país.  Hablar de política, a veces,  es entrar en una especie de laberinto, de trampa que nos tienden los partidos, para que hablemos de aquello que a ellos les interesa. Es ese uno de los motivos que me impulsan a ser cauto.  A menudo me pregunto si se puede hablar de política conservando y salvando nuestra propia identidad. Hablar de política hoy es como hacer una sola fotografía de un solo futbolista  durante un partido de la UEFA Champions League. Esa fotografía no nos dirá absolutamente nada del resultado, ni del juego, ni de la estrategia, ni de la clasificación del equipo. Entender la política de nuestro país en estos momentos es tarea ardua y aún más difícil es entender a nuestros políticos y a sus aspiraciones reales. La primera vez que voté y eso significó participar en política, lo hice impulsado por las ganas de  participar activamente en el proceso de democratización al que se aviaba España. El voto, lo he comprendido con el tiempo,  es una condición necesaria aunque no suficiente para que un sistema político sea democrático.

Sigo votando.

A veces tenemos la sensación de vivir todos engañados. Resulta que llegan unas elecciones, vamos a votar, vemos los resultados,  gana una determinada fuerza política y sin embargo, el gobierno lo forman otros. La sensación que tienen la mayor parte de los electores sensatos, es que vivimos engañados.  Otras veces, resulta que después de unas elecciones, creemos que todo va a cambiar, sin embargo el gobierno que se forma es mediocre, gracias a los cómplices que le han ayudado a formar gobierno y, claro, el resultado podemos imaginar cual es. Muchos votan a partidos, entendiendo que es un mal menor, aunque no compartan su programa electoral, otros votan a un partido tapándose la nariz, no por el partido en sí, sino para votar contra otro.

Hoy es la jornada de reflexión aquí en Andalucía, sin embargo en las redes sociales se sigue haciendo campaña electoral.  Parte de la izquierda violentó esa pausa de reflexión, por primera vez el día antes del 14 M y ese silencio político, necesario antes de votar, desapareció desde entonces.  Sin embargo vale la pena acallar los ruidos externos por un momento y reflexionar.  Andalucía es,  por si alguien no lo sabe todavía, la región europea de más desempleo, 34%, frente al 23,6% del conjunto de España, la que tiene más población en riesgo de pobreza, un 29%, seis puntos más que la existente en el ámbito estatal,  y la que cuenta con el mayor porcentaje de abandono escolar, nada más y nada menos que el 28,7% contra el 23% de la media nacional. ¡Vamos, como para presumir!.  Esos datos merecen una reflexión. Quizás con nuestro voto podamos activar otra realidad mejor.  ¡Reflexionemos!

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com